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El papa publicó hoy la bula de convocatoria del Año Santo Extraordinario, en la que se dirige a los criminales y corruptos para pedir su conversión durante el periodo jubilar y para recordarles que "la vida no depende del dinero".

El documento, compuesto por 25 puntos, establece las líneas que seguirá el Año Santo Extraordinario, dedicado a la misericordia y que comenzará el próximo 8 de diciembre para concluir el 20 de noviembre de 2016.

Para que el perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia no deje a nadie indiferente, Francisco dirige con "mayor insistencia" una invitación a los miembros de grupos criminales y a los corruptos.

"Pienso en modo particular en los hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del hijo de Dios que si bien combate el pecado nunca rechaza a ningún pecador", apunta en la bula.

Asimismo recomienda a estas personas no caer "en la terrible trampa de pensar que la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y dignidad" porque esto "es solo una ilusión".

"No llevamos el dinero con nosotros al más allá. El dinero no nos da la verdadera felicidad. La violencia usada para amasar fortunas que escurren sangre no convierte a nadie en poderoso ni inmortal. Para todos, tarde o temprano, llega el juicio de Dios al cual ninguno puede escapar", recuerda.

Realiza el mismo llamamiento a "todas las personas promotoras o cómplices" de corrupción, "llaga putrefacta de la sociedad" que supone "un grave pecado que grita hacia el cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social".

"La corrupción impide mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos para expandirse luego en escándalos públicos", denuncia.

Y agrega: "La corrupción es una obstinación en el pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga".

Para erradicar la corrupción de la vida personal y social, el papa señala que se necesita "prudencia, vigilancia, lealtad, transparencia, unidas al coraje de la denuncia".

"Si no se la combate abiertamente, tarde o temprano busca cómplices y destruye la existencia. ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el corazón".

Francisco pide a los corruptos y criminales que, "delante a tantos crímenes cometidos", escuchen el llanto de todas las personas depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad".

"El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia", concluyó.