Durante el pasado año se intervinieron más de 1.500.000 sustancias anabolizantes, hormonas del crecimiento y medicamentos ilegales. Productos que son elaborados sin ningún tipo de control de calidad y sin cumplir los requisitos sanitarios establecidos. El consumo de estas sustancias puede provocar graves daños para la salud como problemas cardiovasculares, hiperglucemia, hipotiroidismo, hipertensión intracraneal, nauseas, vómitos o riesgo de desarrollo de tumores, entre otros, además de no ser efectivas, en ocasiones, para las enfermedades para las que supuestamente están elaboradas.
La Sección Central de Delitos contra la Propiedad Intelectual e Industrial de la Policía Nacional también intervino en 2011 más de 300.000 juguetes falsos o confeccionados sin las inspecciones previstas. El uso de estos juguetes puede conllevar ciertos riesgos para los niños por la utilización de productos tóxicos o contener piezas pequeñas.
El número efectos de cosmética, perfumería, calzado, prendas de vestir, marroquinería, complementos, joyas o relojes intervenidos superó el millón de unidades. Aunque la utilización de algunos de estos productos no repercute en la salud o seguridad del consumidor, hay que tener presente que tras las redes de falsificación se esconden otros delitos como la explotación laboral de personas. Hoy en día 246 millones de niños son explotados en todo el mundo, la mayoría en la fabricación de estos productos que no ofrecen ninguna garantía a los usuarios.
Delitos tras la piratería
Las investigaciones han demostrado que los beneficios obtenidos con la piratería industrial cometida por grupos organizados transnacionales son utilizados para financiar actividades de terrorismo internacional, repercuten en una economía sumergida, y generan corrupción y blanqueo de capitales.
El pirateo afecta a una amplia gama de productos, desde baterías falsas para teléfonos móviles, -que pueden ocasionar daños irreparables en los terminales o que incluso pueden sobrecalentarse y generar daños físicos-, o maquinaria o herramientas cuya utilización puede repercutir en accidentes industriales de mayor envergadura. Uno de estos ejemplos lo encontramos en una de las operaciones de la Comisaría General de Policía Judicial que intervino más de 16 toneladas de rodamientos industriales falsificados y de baja calidad. Las 56.000 piezas incautadas podrían haber sido usadas en medios de transporte colectivo como aviones, trenes o autobuses, así como en numerosas aplicaciones industriales y maquinaria pesada. La baja calidad de las falsificaciones, no sometidas a ningún control, habría puesto en peligro la seguridad de miles de personas.
Los agentes que investigan los delitos contra la propiedad intelectual también localizaron el pasado año más de 1.000.000 de DVD´s y CD´s, copias de obras fonográficas y cinematográficas, sólo a nivel central. Detrás de la fabricación de estas copias pirateadas se esconden otros delitos de explotación laboral y vinculados a las redes de tráfico de seres humanos. La mayoría de las organizaciones desarticuladas utilizan a ciudadanos inmigrantes irregulares hacinados en pisos donde se graban las copias, trabajando día y noche y sin ninguna medida de higiene o salubridad.
Sin calidad, sin seguridad, sin garantía
Los agentes que trabajan contra este tipo de delitos en la UDEV Central advierten a los consumidores sobre la compra de supuestos chollos tanto en Internet como en el mercado real. Un producto excepcionalmente barato nunca es auténtico ni puede ofrecer la calidad del original. Además, el uso de software, dispositivos o piezas falsificadas puede dañar irreparablemente los equipos originales en los que sean usados.