El juzgado de primera instancia número 4 de Cieza ha decretado libertad para el conductor del autobús siniestrado en Cieza el pasado sábado, que ha comparecido hoy ante la jueza y que continúa imputado en el procedimiento abierto por homicidio imprudente.
Según el Tribunal Superior de Justicia de Murcia (TSJM), la titular de ese juzgado de instrucción ha ordenado la retirada del permiso de conducir durante el tiempo que dure el procedimiento, y le obliga a que comparezca regularmente en el juzgado.
Asimismo, el autobús ha quedado precintado por orden judicial para que los peritos determinen si se produjo algún fallo mecánico.
De hecho, el conductor dijo a los agentes de la Guardia Civil nada más producirse el accidente que no le habían funcionado los frenos y que por eso perdió el control del autobús y se precipitó por el desnivel.
Este hombre, que ingresó horas después del accidente aquejado de arritmias y fue detenido ayer cuando recibió el alta en el hospital comarcal de Caravaca de la Cruz, ha pasado la noche en la comandancia de la Guardia Civil de Murcia y hoy ha sido conducido a los juzgados, minutos después de las nueve de la mañana.
En esa sede judicial, a la que han acudido su mujer y otros familiares para interesarse por su situación, no ha sido hasta pasado el mediodía cuando ha comparecido ante la jueza instructora, que ha tomado declaración a este chófer tras recibir las diligencias aportadas por los especialistas de tráfico de la Guardia Civil.
Una vez concluido ese trámite, ha quedado en libertad y ha abandonado el juzgado ciezano en un turismo que conducía un sobrino.
Según fuentes próximas a la investigación, en la calzada no se encontraron huellas de frenada y el conductor era un hombre muy experimentado, con los quince puntos del carné y que estaba cerca de la jubilación.
Viajaba junto a su compañero de empresa, con sede en Calasparra, y se había puesto al volante en el municipio conquense de Honrubia.
El subsecretario del ministerio del Interior, Luis Aguilera, ha dicho hoy en Bullas, donde ha asistido al funeral por las víctimas, que la investigación sobre lo ocurrido sigue en curso y que, al margen del resultado de nuevas pruebas que pudieran incorporarse, la hipótesis que "tiene más fuerza" es la del exceso de velocidad.
También ha precisado que se está analizando si todos los pasajeros llevaban puesto el cinturón de seguridad.
El debate sobre el uso de este dispositivo ha sido constante en Bullas desde la noche del accidente e incluso hoy, a las puertas del pabellón municipal en el que se celebraba la ceremonia, Pedro Fernández, marido de una de las víctimas, ha comentado cómo el párroco salvó la vida a su compañero de asiento al ponerle el cinturón.
Otra superviviente ha narrado que llevaba puesto el cinturón y que pudo desabrocharse y salir ella misma instantes después del siniestro.
El accidente se produjo el pasado sábado a las 23.20 horas en la carretera de Madrid, a la altura de la Venta del Olivo, cuando el autobús, que regresaba de un acto religioso en Madrid y en el que viajaban 55 personas vecinos de Bullas y dos conductores, cayó por un terraplén de 20 metros.