El Gobierno irlandés anunció hoy que ha se recuperado del fondo del mar el telégrafo principal del legendario transatlántico "Lusitania", hundido frente a la costas de este país por un submarino alemán en 1915, durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
La ministra irlandesa de Cultura y Patrimonio, Heather Humphreys, confirmó que un grupo de submarinistas recreativos, con las licencias correspondientes, hallaron el telégrafo en las inmediaciones del lugar del naufragio y manifestó que se encuentra en "excelente estado".
Las autoridades creían hasta ahora que muchos de los restos del "Lusitania", entre ellos el telégrafo, podrían haberse perdido para siempre después de que una misión para reflotarlo fracasó el pasado verano.
El telégrafo está siendo examinado y restaurado por el Servicio Nacional de Monumentos (NMS), que confía en encontrar más objetos en la zona del fondo del mar marcada por los citados buceadores aficionados.
El "Lusitania", de 241 metros de eslora y el más rápido en cruzar el océano Atlántico hasta 1909, se fue a pique en aguas del suroeste de la isla en tan sólo 18 minutos tras ser alcanzado por un torpedo germano el 7 de mayo de 1915, lo que causó 1.201 muertos.
El lugar del hundimiento está localizado a 11 millas náuticas del Viejo Cabo de Kinsale, localidad del condado meridional irlandés de de Cork, y el buque y sus restos pertenecen al empresario estadounidense Gregg Bemis, quien trata de desentrañar sus misterios desde 2007.
"El telégrafo no presenta daños y está en unas condiciones excelentes. Entiendo que Bemis tiene intención de exhibirlo, junto al pedestal recuperado el pasado año y otros artefactos, en un museo local, lo cual es una gran noticia", declaró hoy Humphreys.
La explosión que hundió al "Lusitania", que llevaba a bordo a prominentes políticos, empresarios y artistas en su trayecto entre Liverpool (R.Unido) y Nueva York (EE.UU.), provino de una gran detonación secundaria detectada en estribor, después que el proyectil del submarino alemán "U-20" impactase justo debajo del puente de mando.
Ese suceso contribuyó a que Estados Unidos se implicase en la "Gran Guerra" junto a sus aliados británicos, pero también ha generado multitud de teorías de la conspiración.
Una de ellas especula con la posibilidad de que el capitán del sumergible, Walther Schwieger, disparase más de un torpedo contra el indefenso navío y que, por ese motivo, se produjeron explosiones en sus salas de vapor.
Lo que Bemis trata de probar desde hace diez años, sin embargo, es que las explosiones secundarias en el "Lusitania" fueron causadas por el supuesto cargamento de armas y municiones que transportaba en secreto aquel 7 de mayo de 1915.
Las autoridades irlandesas han declarado la zona "espacio protegido" para evitar las incursiones de cazadores de tesoros, ya que otras teorías aseguran que el "Lusitania" también transportaba obras de Tiziano, Monet o Rubens en contenedores sellados.
Bemis compró los restos del "Lusitania" en 1968, un año después de que la aseguradora "Liverpool & London War Risks Insurance Association" se lo vendiese en una subasta a John Light, un ex buceador de la Marina de EEUU, por unos 1.500 euros.
El empresario ha asegurado que no está interesado en las riquezas que pueda guardar el "Lusitania", ya que sólo se quedará con lo que pertenezca a la compañía Cunard, la constructora del barco, mientras que el Gobierno irlandés es el dueño legal de su cargamento y equipaje.