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El modelo de consumo que el ser humano empezó a desarrollar a partir de la II Guerra Mundial es insostenible para el planeta.

Reducir más de un 50 % el consumo de la carnes rojas y el azúcar; duplicar la ingesta de frutas, verduras y legumbres y reducir drásticamente la contaminación del sector agrícola y ganadero.

Son algunas de las conclusiones de un estudio de la prestigiosa revista “The Lancet” que ha contado con la participación de 37 científicos de diversas disciplinas.

El informe no defiende el vegetarianismo, sino una dieta 'flexitariana': basada fundamentalmente en alimentos de origen vegetal, pero que puede incluir de forma ocasional cantidades modestas de pescado, carne y productos lácteos.

Los expertos evalúan específicamente cómo lograr alimentar a 10.000 millones de personas en 2050 conuna dieta de 'salud planetaria'.

Esta comisión analizó los impactos potenciales del cambio en la dieta sobre la mortalidad por enfermedades relacionadas con la dieta con tres enfoques.

Prevenir once millones de muertes por año

Concluyeron que los cambios en la dieta de las dietas actuales hacia otras más saludables probablemente generen importantes beneficios para la salud y permitan prevenir aproximadamente once millones de muertes por año, lo que representa entre el 19 % y el 24 % del total de muertes en adultos.

Los comisionados proponen unos límites dentro de los cuales la producción global de alimentos debería permanecer para disminuir el riesgo de cambios irreversibles y potencialmente catastróficos en el sistema terrestre.

Los científicos que han participado en este estudio toman el Acuerdo de París para el límite del cambio climático en relación a la producción de alimentos que pretende establecer el calentamiento global por debajo de 2 grado celsius, con el objetivo de 1,5 grados celsius y descarbonizar el sistema energético mundial para 2050.