Rusia inicia análisis genéticos tras exhumar los restos de la familia del último zar
Rusia inició los análisis genéticos de las muestras tomadas los restos de la familia del último zar, Nicolás II, exhumados la víspera para su nuevo estudio a petición de los descendientes y la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR).
"Hemos contactado con especialistas en genética de renombre mundial. Utilizaremos la tecnología y los equipos más modernos para garantizar el resultado más objetivo posible", dijo Vladímir Markin, portavoz del Comité de Instrucción de Rusia, a medios locales.
Adelantó que los análisis comparativos se realizarán "en el plazo muy breve de tiempo", aunque estos pueden complicarse debido a que entre las muestras figura la ropa que llevaba el abuelo de Nicolás II, el emperador Alejandro II, cuando fue asesinado en 1881 en un atentado con bomba.
CASO CERRADO EN 2011
Por ello, no confirmó que esto ocurra antes de la fecha prevista para el entierro en San Petersburgo del heredero del último emperador ruso, el zarevich Alexéi, y su hermana, la Gran Princesa María, cuyos restos fueron encontrados en 2007 cerca de Yekaterimburgo, en los Urales.
Precisamente, este entierro fue el que precipitó la reapertura del caso cerrado en 2011 y de la decisión de exhumar los restos de la familia imperial que se encontraban en la Catedral de Pedro y Pablo de San Petersburgo, donde fueron enterrados en 1998.
Tanto los descendientes como la IOR ponen en duda la autenticidad de los restos, pero Markin insistió hoy en que las actuales pesquisas no representan una revisión de hechos contrastados en anteriores investigaciones.
Los investigadores "no tenían y no tienen dudas sobre la pertenencia de todos los restos hallados de la familia imperial y su corte", insistió.
El Archivo Estatal, donde se encuentran ahora los restos del heredero de Nicolás II y su hermana, también subrayó que los restos hallados pertenecen a la familia imperial, pero explicó que "por respeto a la Iglesia" se optó por repetir los análisis genéticos.
La jefa de la Casa Imperial Rusa, María Románova, residente en Madrid, calificó ayer de "acertada" y "muy importante" la reapertura del caso, ya que "hay que responder a preguntas que preocupan a mucha gente".
Los restos atribuidos al zar, su esposa y tres de los hijos fueron exhumados en 1991 y sepultados en la Catedral de San Pedro y San Pablo en 1998, en presencia del entonces presidente ruso, Borís Yeltsin.
Tras el cierre del caso, expertos rusos encontraron en 2007 en un bosque cerca de Yekaterimburgo otros restos óseos que pruebas genéticas realizadas en EEUU confirmaron que pertenecían a Alexéi y María, lo que obligó a reabrir de nuevo la investigación.
En octubre de 2008 el Tribunal Supremo de Rusia rehabilitó a la familia imperial al dictaminar que el zar, su esposa Alejandra y sus cinco hijos -las princesas Olga, Tatiana, María y Anastasía y el heredero de la corona, el zarevich Alexéi- fueron víctimas de la represión política bolchevique.
Nicolás II, su esposa y sus cinco hijos fueron ejecutados por los bolcheviques el 17 de julio de 1918, en medio de la guerra civil que había estallado en Rusia tras la Revolución de Octubre de 1917, en un sótano de la casa Ipátiev de Yekaterimburgo.
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