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San Sebastián recupera hoy las corridas de toros tras dos años sin feria taurina entre la satisfacción de los aficionados, el disgusto de los grupos animalistas y la controversia entre partidos ante un asunto que en esta ciudad también tiene connotaciones políticas.

Bildu, que gobernó la capital guipuzcoana en el mandato 2011-2015, encontró hace dos años el camino para acabar con las corridas de toros al aprobar unos pliegos administrativos para el alquiler de la plaza de Illumbe en verano que impedían la celebración de actividades que supusieran "cualquier forma de maltrato animal".

La coalición perdió en mayo las elecciones y el nuevo equipo de gobierno de PNV y PSE autorizó el alquiler de Illumbe para organizar de nuevo los festejos taurinos de agosto, que son precisamente el origen de la Semana Grande donostiarra, bautizada así por el empresario José Arana cuando en 1876 decidió reconstruir la plaza de toros de Atotxa destrozada durante las guerras carlistas.

La decisión de los nuevos responsables municipales concitó inmediatamente el rechazo de las organizaciones antitaurinas, pero no así de los hosteleros, más pragmáticos, pues creen que, "independientemente de lo que piense cada uno del espectáculo", la feria supone un "incremento" de su actividad y "un alargamiento" de las estancias en los alojamientos.

El secretario general de la Asociación de Empresarios de Hostelería de Gipuzkoa, Quino Martínez, ha dicho a EFE que el sector recibe con satisfacción "cualquier evento de trascendencia" que atraiga visitantes a la ciudad.

En esta ciudad de 183.000 habitantes cabe suponer que el número de antitaurinos sea superior al de quienes lo expresan en las protestas públicas, como en la manifestación del pasado domingo que reunió a unas 2.000 personas, un número no desdeñable, pero muy lejos de las multitudinarias convocadas por cuestiones políticas.

La postura de estos donostiarras las defienden en el consistorio los grupos de Irabazi Ganemos y EH Bildu, que en el pleno de julio presentaron una moción que no prosperó para que San Sebastián se declarara como "ciudad antitaurina".

La portavoz municipal del PP, Miren Albistur, muestra su respeto hacia las posiciones antitaurinas, pero cree que en el caso de la coalición independentista "mezclan la política, la españolidad y lo sacan del tiesto", como piensa que ha ocurrido con la anunciada asistencia del rey Juan Carlos a la corrida de esta tarde.

La edil de EH Bildu, Amaia Almirall, ha acusado al alcalde, Eneko Goia, del PNV, de ser el responsable de la imagen "cutre", con "olor a naftalina" que en su opinión se va a dar con la vuelta de los toros y la presencia en la feria del "anterior monarca español".

La coalición se va a sumar a la protesta convocada para esta tarde ante la plaza de toros, que a priori tiene un carácter más antimonárquico que antitaurino.

El concejal de Presidencia, el ex Duncan Dhu Juan Ramón Viles, del PNV, ha destacado que "la actividad taurina a día de hoy es legal y no es competencia del Ayuntamiento impedirla", por lo que su grupo no es partidario de "atajos legales" como los de EH Bildu.

Opina que culpar a su partido de la vuelta de los toros obedece a que la coalición abartzale ve al PNV "como fuerza política a la que tiene que batir y este es un elemento donde cree que puede hacer daño".

Además, considera que lo que ha conseguido Bildu con esta polémica es que la plaza "esté más llena que hace tres años" y que mediáticamente haya una mayor repercusión.

El teniente del alcalde Ernesto Gasco, del PSE, decía que según los datos de los que disponía, para la corrida de hoy se habían vendido unas 8.000 entradas sobre un aforo de 10.000 localidades.

Un responsable de la empresa organizadora, perteneciente a la familia Chopera, ha dicho a EFE que no cree que se agoten los tiques, pero la tendencia es que van a venderse más que en los últimos años. También es cierto que en esta ocasión hay cuatro festejos y no los seis habituales.