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Sin apenas un respiro, surge una nueva alarma con la salud de los ciudadanos como telón de fondo. La OMS se ha llevado hoy todas las críticas por el informe que vincula el uso de teléfonos móviles con el desarrollo de cierto tipo de tumores. Los especialistas ven muy débil esa relación, y las operadoras recuerdan que se cumple escrupulosamente con las exigencias de seguridad.

Así, el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos, asegura que el estudio que relaciona el uso de teléfonos móviles y el cáncer debe "tomarse con cautela" porque el riesgo que demuestra es "modesto", reconociendo que están "a la espera de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) se pronuncie para tomar una decisión".

Lo ha destacado en un acto con motivo del Día Nacional del Donante de Organos, insistiendo en que "el Ministerio de Sanidad no puede pronunciarse sobre algo que la OMS oficialmente no ha establecido".

Además, avanza, "el estudio no determina una relación clara entre el cáncer y el uso de los móviles, por lo que no se puede establecer una recomendación de no uso".

"Los especialistas dicen que no parece que haya esa relación y, para afirmar que la hubiera, se deberían realizar estudios específicos que quiten los posibles sesgos que pueda haber en los estudios actuales, y eso tardaría años", ha explicado Martínez Olmos.

Por su parte, el presidente del comité técnico de la Asociación Española contra el Cáncer y jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Hospital Clínic de Barcelona, Albert Biete, ha considerado "bastante débil" la relación entre el teléfono móvil y el cáncer.

En declaraciones a Rac1, recogidas por Europa Press, el experto ha matizado que la afirmación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se refiere a un "cierto subgrupo de gente que utiliza el teléfono móvil de una forma casi abusiva".

"Todos los estudios de laboratorio que se han hecho hasta ahora, en principio, siempre han sido en general negativos" sobre vincular esta relación, ha indicado Biete, que ha afirmado que "desde un punto de vista teórico, una radiación no ionizante --la de la telefonía móvil que no es capaz de hacer mutaciones--, la capacidad que tiene de inducir un tumor maligno existe, pero si existe, sería muy baja".

Biete ha quitado hierro al estudio, que ha admitido que es el más amplio hecho hasta ahora, y ha argumentado que los telefónos de tercera generación --3G-- "no tienen nada que ver por lo que se refiere a emisión de radiación con los analógicos antiguos".

Hace diez años el riesgo era superior, ha advertido el experto, que también ha observado que actualmente existen sistemas para hablar sin tener el teléfono enganchado a la oreja.

"Desde la Asociación contra el Cáncer no podemos decir que no haya riesgo, esto se debe continuar estudiando, pero si existe, evidentemente, es muy bajo", ha zanjado.

Por su parte, la Asociación Española de Operadores de Telecomunicaciones (Redtel) ha asegurado hoy que las compañías españolas respetan los límites de seguridad que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a emisiones relacionadas con la telefonía móvil.

En un comunicado de prensa, Redtel reaccionó así al anuncio realizado en Lyon por la OMS y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), que vincularon el uso de teléfonos móviles con un "posible" riesgo de cáncer cerebral en seres humanos.

No obstante, Redtel dijo que "no hay muestras en los estudios e investigaciones" sobre los efectos de estas emisiones que indiquen que puedan ser "potenciales carcinógenos".

OMS e IARC afirmaron que los campos electromagnéticos generados por las radiofrecuencias de los dispositivos móviles se consideran "posiblemente carcinogénicos para los humanos" y se clasifican, por ello, en la categoría "2B".

Según Redtel, la IARC ha cambiado la calificación de estas ondas a esta categoría, en la que se incluyen "otros 512 agentes, como la cafeína, la sacarina o el té".

La asociación aseguró que esta declaración "no cambia las directrices sobre salud" establecidas por la OMS y que no parece plausible que los límites de seguridad "vayan a cambiar radicalmente".

Sin embargo, aseguró que asumirá esta nueva clasificación, así como cualquier consejo y recomendación de la OMS, al tiempo que recordó que en España se utiliza el mismo tipo de antenas que en toda Europa.

En la nota remitida, Redtel aseguró que la OMS ha manifestado en varias ocasiones que "no hay evidencias" de que la actividad del sector de la telefonía móvil sea un riesgo para la salud.

También explicó que desde el año 2002 se realiza en España un control "exhaustivo" de las emisiones de las antenas de telefonía móvil, al tiempo que dijo que lleva años pidiendo la creación de un observatorio dependiente del Ministerio de Sanidad que certifique su seguridad.