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Vienen buscando médico gratis "a nuestra costa". Y nunca mejor dicho, decenas de miles de extranjeros cada año se acercan a nuestro país, fundalmentalmente a la Costa del Sol, pero tambíen en el caso de los portugueses a Badajoz y Pontevedra, con el fin de conseguir atención sanitario que pagamos los españoles de nuestro bolsillo. En Málaga hay municipios con urbanizaciones especializadas en ofrecer casas de alquiler a extranjeros que vienen por unos meses a ser atendidos de alguna de sus patologías. Y especialmente significativo resulta lo que denuncia el Colegio Oficial de Enfermería de Málaga: el número de implantes de cadera y de marcapasos que se ponen a turistas alemanes y holandeses es chocante. La propia ministra de Sanidad Ana Mato aseguró tras concluir el Consejo Interterritorial de Salud que hay personas que vienen a nuestro pais, se empadronan obtienen la tarjeta sanitaria europea y al volver a su pais seguimos pagando sus tratamientos.

El Tribunal de Cuentas ha analizado este fenómeno y calcula que en 2009 cerca de 700.000 extranjeros obtuvieron una tarjeta sanitaria en nuestro país a la que no tenían derecho lo que supone un gasto de casi mil millones de euros. En España hay empadronados 231.364 pensionistas extranjeros. Nuestro pais sólo emite facturas por un total de 103.672 pensionistas a sus países de origen, es decir que hay al menos 127.692 personas por las que España no percibe dinero alguno.

Otra realidad es que atendemos a un colectivo de extranjeros sin recursos económicos suficientes que suma 453.349 personas y que costó al Estado más de 450 millones de euros. Según Sanidad hay mucha picaresca en algunos de estos casos ya que según su titular Ana Mato, con su tarjeta aprovechan para traerse a sus familiares, atenderles sanitariamente, para que después esos familiares regresen de nuevo a sus países.

El proceso también se da a la inversa. Hablamos de españoles que acuden a Alemania, Francia y Bélgica y que según el Tribunal de Cuentas aprovechan que allí los tratamientos odontológicos son gratuitos. España tuvo que hacer frente en 2009 a más de tres mil facturas de estos paises por unos servicios que no son pagados a los ciudadanos en nuestro país.