Sari Arponen es la autora del libro "¡Es la microbiota, idiota!"
Apuesta por la alimentación basada en "comida real"
La doctora Sari Arponen, especialista en Medicina Interna y experta en microbiota, destaca la importancia de tener una microbiota sana, pues supone "una protección ante microorganismos patógenos que nos pueden infectar" como los virus, incluido el coronavirus covid-19.
"Tener la microbiota bien nos puede proteger frente a la covid", asegura en una entrevista esta profesional, con casi veinte años de experiencia en la sanidad pública, quien ha publicado el libro "¡Es la microbiota, idiota!" (Alienta, del grupo Planeta), con el que quiere dar a conocer la influencia de estos microorganismos sobre la salud.
La microbiota es un conjunto de microorganismos, sobre todo bacterias aunque también virus, hongos y protozoos, que están en el cuerpo humano "y cumplen funciones importantes para que estemos sanos, como ayudarnos a hacer la digestión o fabricar un montón de sustancias, como algunas vitaminas", explica esta doctora.
Estos microorganismos están en todas partes, y aunque los más conocidos son los del intestino, están también presentes en la boca o la piel, y son los responsables de cómo nos sienta la comida, cómo luce nuestro cutis e incluso cómo funciona nuestra memoria.
Dolores de cabeza, hinchazón después de comer, alergias, dermatitis atópica o esos kilos de más de los que es imposible deshacerse pueden estar relacionados con un desequilibrio de la microbiota, que puede provocar, incluso, trastornos del estado de ánimo.
¿Cómo nos afecta la microbiota?
Los problemas de no tener una microbiota sana dependen mucho de la persona, pero uno de los más frecuentes es tener problemas digestivos, como gases, dolores de tripa o hinchazón después de comer, junto con las intolerancias a alimentos que hasta ese momento se comían sin problema.
También puede provocar, según Arponen, dermatitis o problemas de la piel que no tienen ninguna causa aparente, dolores de cabeza o "esa niebla mental que le pasa a alguna gente".
El desequilibrio de la microbiota, explica, puede llevar a una inflamación crónica mantenida, algo que está presente "en la mayoría de las enfermedades crónicas que tenemos hoy en día, desde una alergia hasta una enfermedad autoinmune, pasando por cosas tan graves como el parkinson o el alzheimer", apunta.
"Cuando mejoramos la microbiota, mejoran muchos de los síntomas de estas patologías", señala para destacar que la microbiota "puede ayudar a mejorar muchas de estas enfermedades".
Alimentación basada en “comida real”
Evitar los alimentos ultraprocesados, que contienen muchos azúcares, harinas refinadas, grasas trans, aditivos o endulzantes artificiales, y basar la alimentación en lo que actualmente se denomina "comida real" sería una de las bases para mantener una microbiota sana, según esta experta.
Sin embargo, no es lo único. También es importante evitar el estrés, hacer ejercicio, dormir bien, mantener contacto con la naturaleza y no abusar de fármacos.
"Mucha gente piensa que los antibióticos son muy malos para la microbiota y es verdad, pero hay otros muchos fármacos del día a día que se toman sin control médico que también dañan la microbiota, como el paracetamol, los antihistamínicos, las pastillas para dormir o los mal llamados protectores gástricos, como el famoso Omeprazol", destaca.
Asimismo, señala que la reducción del contacto social debido a la pandemia "nos niega cierta variedad de microbiota", por lo que considera que en estos momentos sería recomendable "tener más contacto con la naturaleza, en entornos verdes y de bosque".
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