“Si me ves, llora”, vuelven a emerger en Europa las ‘piedras del hambre’
Se colocaron en los ríos, sobre todo en los siglos XV-XVII, y emergen cuando desciende el nivel de las aguas
En 2018 Greenpeace colocó una ‘piedra del hambre’ en el río Elba con el mensaje: "Si me ves es que la crisis climática ha llegado”
Los alemanes se refieren a ellas como ‘Hungersteine’, que significa ‘piedras del hambre’ y, cuando aparecen, anuncian tiempos de penurias y calamidades. Hacía tiempo que no se las veía y ahora han vuelto a emerger
El verano del año 2022 ya ha pasado a la historia en muchos lugares, España entre ellos, como uno de los más calurosos y secos desde que se tienen registros. El cauce de los ríos se encuentra en mínimos por todo el continente y el descenso del agua ha dejado al descubierto terribles advertencias que nuestros antepasados dejaron allí.
En Twitter @batallitass ha recordado esta semana la historia de las piedras del hambre, una historia que se remonta a la época en que no existían las agencias meteorológicas.
Durante épocas de hambruna nuestros antepasados colocaron grandes piedras en el lecho de los ríos y grabaron en ellas advertencias para el futuro. Las piedras y los mensajes sólo se pueden ver cuando desciende el nivel del agua y eso corresponde, inevitablemente, a épocas de escasez.
Una de las ‘piedras del hambre’ más famosas se encuentra en el río Elba, en la República Checa, la frase que hay grabada en ella lo dice todo: “Wenn du mich siehst, dann weine", es decir, "Si me ves, llora”.
Hay otros mensajes similares: “Quien me vió, lloró. El que me vea, llorará”; “La vida volverá a florecer una vez que esa piedra desaparezca”; “Cuando vuelvas a ver esta piedra llorarás, tan poco profunda era el agua en 1417”.
Las piedras se colocaron, sobre todo, en Alemania y algunos lugares de Europa Central. Las inscripciones más antiguas corresponden a los siglos XV-XVII, aunque también hay de siglos posteriores. Se corresponden con momentos históricos de fuertes sequías, épocas en las que el nivel de los ríos bajó tanto que la navegación fluvial se vio resentida y con ello el comercio, lo que, unido a la pérdida de cosechas por la sequía, produjo grandes hambrunas.
Hay muchas piedras de los años 1816 y 1817. El primero de estos años ha pasado a la historia como ‘‘año sin verano’, porque la erupción del volcán Tambora provocó tal concentración de cenizas en la estratosfera que redujo el paso de luz solar y provocó un invierno volcánico que destruyó las cosechas. El resultado fue una gran hambruna y lo que el historiador John D. Post llamó “la última gran crisis de supervivencia del mundo occidental”.
Las ‘piedras del hambre’ han ido asomando a lo largo de los siglos, puntuales a su cita con la sequía y las penurias. El nombre ‘Hungersteine’ procede de la inscripción grabada en una piedra junto a la fecha 1947, año nefasto en el que, además de la Segunda Guerra Mundial, llegaron grandes olas de frío que congelaron el Rin y paralizaron el comercio fluvial por el que llegaban los alimentos y el carbón.
Con los nuevos métodos de transporte y de agricultura hoy en día no es fácil que una gran hambruna llegue al centro de Europa pero vivimos otros peligros. En 2018 Greenpeace colocó una ‘piedra del hambre’ en el río Elba con el mensaje: "Si me ves es que la crisis climática ha llegado”.
Este verano la sequía está causando tantas dificultades al tráfico fluvial en toda Europa que en los ríos Rin y Elba el nivel de las aguas está a punto de llegar al mínimo. Las piedras del hambre han vuelto a aparecer.
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