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La localidad ciudadrealeña de Daimiel se ha despertado "tomada" por la Unidad Militar de Emergencia (UME) y los servicios de Emergencia del Gobierno de Castilla-La Mancha, que participan en un simulacro de catástrofe química a gran escala, incluso con equipos de intervención internacionales.

A las 04.30 de la madrugada ha comenzado un simulacro de emergencia nacional (nivel III) que movilizará durante los próximos días a unas 3.000 personas, entre miembros de la UME, los servicios de Emergencias del Gobierno de Castilla-La Mancha y los equipos de intervención internacionales llegados de Estados Unidos, Francia y Marruecos.

La misión, coordinada por el teniente general jefe de la UME, César Muro Benayas, según ha informado esta unidad, ha comenzado con la explosión simulada, por causas desconocidas, de las instalaciones de la empresa OIL Company Daimiel SA, que ha producido el fenómeno denominado "Bleve", explosión de vapores que se expanden al hervir los productos químicos produciendo una "lluvia de metales" con un movimiento de tierra "peor que un terremoto".

Esta supuesta explosión afecta a Daimiel, un municipio de 20.000 habitantes, que "sufrirá" este desastre, generando daños en un "número muy elevado de edificios y colapsos en varios de ellos, además de en autovías, red eléctrica, red de gasoductos y red ferroviaria".

La emergencia también afectará a espacios protegidos de primer nivel, como el parque nacional de Las Tablas de Daimiel, en cuya protección también trabajarán los servicios de emergencia.

La gravedad de este supuesto incidente hace que de manera inicial el Gobierno de Castilla-La Mancha active el Plan Territorial de Emergencias de la región (Platecam) y posteriormente solicite al Ministerio del Interior la declaración de la emergencia de interés nacional.

Con este ejercicio, la UME quiere poner en práctica su reciente acreditación en resolución de problemas tecnológicos y medioambientales, además de mostrar cómo se resuelven este tipo de catástrofes.

Para ello, se cuenta estos días con la presencia de observadores de varios países como Brasil, Argelia, Perú, Japón, Chile o Portugal, entre otros.

En el simulacro también participan más de 200 efectivos pertenecientes a unidades militares francesas (Formisc), estadounidenses (7th Civil Support Command) y marroquíes (Secciones 5º regimiento de Ingenieros).

El escenario que se ha diseñado permitirá poner en práctica y comprobar la validez del Plan Estatal de Riesgo Químico.