El documento que el Sínodo de los obispos prepara para presentar al papa Francisco sostiene que los gais "deben ser respetados" y plantea además "formas" para que los divorciados puedan recibir la bendición, informó hoy la Santa Sede.
Los participantes en esta reunión extraordinaria, que hoy comenzó su segunda y última semana de trabajo, reflexionan en ese documento sobre la manera realista de acoger a los gais en la Iglesia Católica, según explicó a la prensa el relator general del Sínodo, el cardenal húngaro Peter Erdö.
Sobre las uniones entre homosexuales, abordadas por el Sínodo, se parte de la idea de que los gais "tienen dones y cualidades para ofrecer a la comunidad cristiana", pero la Iglesia aún se interroga sobre cómo encontrar una camino realista de acogida.
"Las personas homosexuales deben ser respetadas, como es respetada la dignidad de toda persona independientemente de su tendencia sexual", apuntó Erdö.
En cuanto a los divorciados, el Sínodo reconoce la necesidad de tomar "opciones pastorales valientes" sobre lo que se denomina como situaciones familiares difíciles, según se refiere en el documento.
El teólogo Bruno Forte explicó que se ha debatido sobre la posibilidad de que los "divorciados puedan volver a recibir la comunión, siempre y cuando inicien un camino de purificación con el que obtengan la ayuda de Dios para evitar volver a fracasar".
En este asunto hay un cierto desacuerdo, porque el Sínodo se pregunta: "¿Si es posible la comunión espiritual, por qué no es posible acceder a la sacramental?".
Según subrayó Erdö ante los medios, "existen otras muchas formas para que los divorciados puedan obtener la bendición, como la obtienen los niños antes de hacer la comunión".
Erdö fue el encargado de publicar y leer hoy ante los padres sinodales la "Relatio post disceptationem" (Relación tras el debate), que es como se denomina el documento que resume las intervenciones de la semana pasada.
"Ha sido una semana de debate amplio y sustancial, y ahora seguiremos trabajando para profundizar y reflexionar sobre la 'Relatio post disceptationem' con el fin de elaborar un texto final que recoja las conclusiones de este Sínodo", precisó por su parte el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
En lo que respecta a la cuestión de los homosexuales, los participantes se preguntan, según el documento: "¿Estamos en situación de recibir a estas personas, garantizándoles un espacio de fraternidad en nuestras comunidades?, ¿nuestras comunidades están en situación de serlo, aceptando y evaluando su orientación sexual, sin comprometer la doctrina católica sobre la familia y el matrimonio?".
No hay conclusiones todavía y en el documento se afirma que la cuestión de la homosexualidad "requiere una reflexión seria sobre cómo elaborar caminos realistas de crecimiento afectivo y de madurez humana y evangélica integrando la dimensión sexual".
En lo que sí parece haber coincidencia es en la valoración de que la Iglesia Católica tiene que tener en cuenta también los valores positivos de las parejas unidas por lo civil o en convivencia.
Para los obispos, la convivencia "es a menudo elegida a causa de la mentalidad general, contraria a las instituciones y a los compromisos definitivos", pero también por la falta de seguridad económica, ya que además en muchos países las parejas consideran que "casarse es un lujo, de modo que se ven empujadas a vivir en uniones".
Después de 240 intervenciones y muchas horas de debate, los obispos del Sínodo se preparan para la redacción y aprobación del documento final que entregarán al papa Francisco al término de esta asamblea extraordinaria, que concluirá el próximo 19 de octubre.
En el boceto del documento presentado por Erdö se cita además "la necesidad de hacer más accesibles y ágiles los procedimientos para el reconocimiento de casos de nulidad" matrimonial.
La "Relatio post disceptationem" servirá ahora al Sínodo de base para los trabajos de los llamados "círculos menores".
El documento final será la base del próximo Sínodo ordinario, que se celebrará del 4 al 25 de octubre de 2015 bajo el título de "La vocación y la misión de la familia en la Iglesia en el mundo contemporáneo", según anunció este lunes el Vaticano.