Efectos del tsunami creado tras el terremoto de 2011 en Japón | EFE
(Actualizado

El suelo que pisamos se mueve. No solemos notarlo. Pero las fuerzas del interior de la Tierra, las que siguen dando forma al planeta, no paran.

Hace 10 años, el 11 de marzo de 2011, en el Mar de Japón se produjo un terremoto bajo el fondo marino. A unos 30 kilómetros de profundidad y con una energía tan poderosa (9,1 en la escala de Richter) que provocó un tsunami que arrasó algunas poblaciones de la costa oriental japonesa.

El terremoto de Japón de 2011 ha sido el cuarto más importante de los ocurridos en la historia reciente

Oficialmente se registraron 15.893 muertos y más de 2.500 personas desaparecidas. Según Luis Cabañas, sismólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), fue el cuarto terremoto más importante de los ocurridos en la historia reciente y que se han podido medir.

Por encima de las previsiones

El empuje de la placa del Pacífico, con su acumulación de esfuerzos y tensiones, liberó su energía en medio del mar. Japón, explica el sismólogo, estaba preparado para terremotos de grado 8 o un poco más, pero ese 9,1 desbordó las barreras artificiales, las naturales y otras medidas dispuestas por las autoridades japonesas.

Así fue el tsunami de Japón en 2011

Incluso los diques de contención previstos en la costa fueron incapaces de contener olas de 14 metros. La central nuclear de Fukushima fue alcanzada por el agua de mar que inutilizó los equipos de emergencia. A resultas de ello, varios reactores resultaron afectados y se produjo contaminación radiactiva hacia la atmósfera y el mar. Más de 150.000 personas tuvieron que ser evacuadas.

Yayoi Oshino, residente en Tokio, cuenta a Telemadrid.es que la radiactividad llegó a la capital e incluso a la red de agua potable. Ella fue voluntaria de una asociación encargada de acoger a niños de la prefectura afectada por la radiación.

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Este año, recuerda Yayoi, volvió el miedo a la misma parte del país. Este mes de febrero se produjeron varios terremotos que también afectaron, entre otras zonas, a la de Fukushima. Alcanzando algunos los 7,3 grados en la escala de Richter y provocando un centenar de heridos.

Desde el gran terremoto de 2011 se han producido todos los años varios movimientos de menor intensidad pero por encima de los 7 grados. Algunos de estos seísmos han afectado en mayor o menor medida a la costa este de Japón.

Terremotos en España

En nuestro país, unas de las zonas de mayor sismicidad es la del sureste. El contacto entre las placas africana y euroasiática se traduce en series de terremotos como los sucedidos durante diciembre e incluso sentidos semanas después. Este sábado el IGN registró uno de magnitud 2,2, con epicentro situado en Santa Fe, Granada.

"Madrid no es una zona muy sísmica, la Meseta es un área estable, lejos de las zonas de contacto y los esfuerzos se diluyen más"

Luis Cabañas explica que en la zona sur y sureste de la Península los seísmos son de magnitud moderada pero con series largas en el tiempo. "El contacto entre las placas está más diferido, en una zona más amplia, más fracturada y el empuje es menor que en otras partes del Mediterráneo", comenta.

Días sin dormir en Granada por los terremotos

Además del sureste, otras áreas de mayor sismicidad en la Península son el suroeste, la cornisa atlántica y Pirineos.

"Madrid no es una zona muy sísmica, la Meseta es un área estable, lejos de las zonas de contacto y los esfuerzos se diluyen más", explica el sismólogo. Aún así, en nuestra región se han registrado algunos movimientos de intensidad moderada.

En 2013 la localidad de Alcorcón sufrió varias sacudidas en un mes que alcanzaron los 3,5 grados en la escala Richter. En 2017 los habitantes de Alcalá de Henares también se sobresaltaron por otro movimiento telúrico iniciado en una zona próxima de Guadalajara.

Pero sin duda el terremoto que más se ha dejado sentir en Madrid fue el de 1969, de 7,3 grados, con epicentro en el Cabo de San Vicente y que mató a 4 personas en Huelva. Llego a asustar a muchas personas en el centro de la capital de España. El terremoto de 2007, de 6,1 grados, originado también en medio de Atlántico, también llegó a percibirse en Madrid.

Sismicidad inducida

Algunos movimientos sísmicos pueden desencadenarse no por la intervención directa del hombre pero sí adelantarse o modularse. Luis Cabañas explica que la explotación de acuíferos subterráneos, la minería de fracking o el llenado y vaciado rápido de embalses pueden influir en la tensión del suelo o reducir la fricción, pero no suelen dar lugar a terremotos grandes.

El Proyecto Castor, la inyección de gas para almacenarlo bajo el suelo marino, provocó más de 500 terremotos que se sintieron en poblaciones de Castellón y Tarragona.

El terremoto de Lorca de 2011 se sintió en Madrid

Y en el terremoto de Lorca de 2011, en el que perdieron la vida 8 personas, parece que la extracción continuada de aguas subterráneas provocó el hundimiento del terreno, lo que acabó afectando a la falla geológica próxima a esta población