El joven Vicente Soler salió a hombros de su alternativa en su tierra, Castellón, al cortar las dos orejas del sexto toro de un festejo en el que también resultó triunfador Juan José Padilla, mientras que Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri", que reaparecía en España, se fue de vacío.
FICHA DEL FESTEJO.- Dos toros -segundo y tercero- de Peñas de Francia; dos -quinto y sexto- de Olga Jiménez, uno -el primero- de Hermanos García Jiménez y un sobrero -el cuarto- de José Luis Marca. Corrida de justa presentación, noble y escasa de raza.
Juan José Padilla: estocada (oreja); y estocada (oreja).
Francisco Rivera Ordóñez "Paquirri": media y pinchazo (silencio tras aviso); y estocada (ovación).
Vicente Soler, que tomaba la alternativa: pinchazo y estocada caída (ovación); y estocada (dos orejas).
La plaza registró media entrada en los tendidos.
UNO QUE EMPIEZA Y OTRO QUE NUNCA FALLA
El tercer festejo de La Magdalena de Castellón, sobre el papel, el menos rematado de la feria, tenía, sin embargo, notables atractivos para el aficionado, especialmente para los oriundos de la capital de La Plana y alrededores, al ver convertirse en matador de toros a uno de sus paisanos, de Burriana, el joven Vicente Soler, en el cartel "mediático" de la Feria.
Igual de relevante fue también la reaparición en España de Francisco Rivera Ordóñez, Paquirri, el hombre que a punto estuvo de perder la vida hace ahora siete meses en Huesca. A Soler le pesó el nerviosismo en el toro de su alternativa, pues, aunque apenas tuvo oponente, él anduvo también con demasiadas precauciones en una labor en la que sólo destacó manejando el percal y con las banderillas.
En el sexto se le vio más centrado, aunque evidenciando también la bisoñez y el escaso rodaje que aún atesora. Faena afanosa, en la que contó mucho el calor de sus paisanos, que, tras una estocada a la primera, le premiaron con las dos orejas.
El primero de Padilla se sujetaba con alfileres, y el jerezano, que compartió rehiletes con Soler, puso toda la carne en el asador en una labor de cercanías y mucha conexión con el tendido. Cortó una oreja tras salir tropezado en el primer y único envite con la espada.
El sobrero de Marca que hizo cuarto fue un toro muy toreable, con el que Padilla se lució nuevamente en todos los tercios, destacando los tres pares de banderillas y el toreo efectista y entregado que lució por el pitón derecho. Volvió a salir trompicado en la suerte suprema y logró otro apéndice.
El reaparecido Paquirri toreó, por momentos, de maravilla al nobilísimo tercero, al que cuajó un precioso inicio de faena doblándose por abajo y al que acompasó las embestidas también con mucho temple por el pitón derecho.
Sin embargo, a la faena le faltó el "alma" que da el ajuste y la hondura, cualidades que brillaron por su ausencia en una faena epilogada por circulares y malograda con la tizona.
En el quinto ocurrió algo similar. Un toro noble aunque con la raza medida, al que Paquirri toreó con aseo y voluntad. Corrección sin eco suficiente en los tendidos.