El equipo de la Unidad de Cirugía Oral y Maxilofacial Pediátrica del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha comenzado a aplicar por primera vez en España una nueva técnica de ortopedia maxilar funcional y modelaje nasoalveolar (NAM) para tratar a los bebés afectados de labio leporino.
Esta nueva técnica se aplica mediante la inserción de una placa de material acrílico en la boca de los bebés desde su primera semana de vida, para orientar el crecimiento del labio y del paladar, lo que reduce el espacio provocado por la fisura labiopalatina, de forma previa a la cirugía a la que deberá someterse más adelante.
Vall d'Hebron ha informado hoy en un comunicado de que se trata de hacer un seguimiento integral del menor y de sus familias, gracias al trabajo de un equipo multidisciplinar integrado por obstetras, neonatólogos y pediatras, personal de enfermería, cirujanos maxilofaciales, otorrinolaringólogos, foniatras y logopedas y anestesiólogos.
También participan en este equipo profesionales del Área de Genética, de la Unidad del Sueño del hospital y de Diagnóstico por la imagen, además de la doctora Adriana Agell, experta en ortodoncia quirúrgica y ortopedia dentofacial para pacientes con malformaciones faciales complejas.
La doctora Montserrat Munill, jefe de la Unidad de Cirugía Maxilofacial Pediátrica, ha considerado que la nueva técnica disminuye la severidad de la fisura y facilita la cirugía reconstructiva, "perfeccionando la estética del labio y de la nariz, así como los resultados funcionales en la zona del paladar", rebajando el riesgo de presentar alteraciones en el habla.
Por su parte, el doctor Nicolás Serra, adjunto del mismo servicio, ha asegurado que se trata de una técnica que "modula el crecimiento" de toda la zona de la boca de los bebés afectados.
En una primera fase, se aplica una pequeña placa de acrílico, que se cambia cada mes para adaptarla a la anatomía del bebé. Esta placa guía el crecimiento del paladar, acercando los dos lados de la fisura y, en una segunda fase, se le añade un conformador nasal que sirve para que la nariz del paciente se vaya enderezando y crezca de forma correcta.
Una de las novedades aplicadas en Vall d'Hebron es que el procedimiento para elaborar y adaptar la placa se hace íntegramente en la misma consulta del médico.
Con esta nueva técnica, el tratamiento de los bebés nacidos con fisura labiopalatina puede iniciarse desde la primera semana después del nacimiento y, a los seis meses, se pueden someter a una primera intervención quirúrgica para reconstruir el labio y la nariz.
Los especialistas, que ya aplican este nuevo tratamiento desde el pasado mes de julio, también han constatado que se mejora la alimentación de los recién nacidos y se reduce la ansiedad de los padres, al recibir atención y seguimiento en los primeros meses de vida de sus hijos.
La incidencia de las fisuras faciales es de uno por cada 600-800 bebés nacidos vivos, por lo que se estima que cada año se diagnostican 750 nuevos casos.
En la mayoría de los casos no existe una causa identificable y se trata de una anomalía del desarrollo fetal durante los primeros tres meses de embarazo.