"Estamos llegando al final de lo que pensábamos que era una zona segura para la humanidad". La frase es de Gail Whiteman, científica social de la Universidad de Exeter, Reino Unido, que estudia los riesgos climáticos.
2023 y 2024 fueron los años con mayores registros de temperatura desde que hay datos. En 2024 la temperatura de la Tierra subió de media 1,5ºC que es el límite que, según los científicos, supone un punto sin retorno en la capacidad de revertir los efectos del cambio climático. En concreto fueron 1,55ºC más.
Casi 200 países firmaron el acuerdo climático de París en 2015, acordando limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Pero las emisiones de carbono de los combustibles fósiles y otras fuentes han seguido aumentando.
En un artículo publicado en la revista Nature los investigadores de varios centros se preguntan si es demasiado tarde para mantener el calentamiento global por debajo de 1,5 °C.
De entrada, algunos estudios de medición del calentamiento en el aire sitúan el incremento de la temperatura en 1,3ºC. Así que, ¿habría margen aún para maniobrar?. Recuerdan los investigadores que ese 1,5ºC es un objetivo político que rebajó el de 2ºC por considerarlo poco ambicioso en la protección de las poblaciones más vulnerables del planeta.
Los 1,3ºC no son ninguna buena noticia porque demuestran, en definitiva, que los mares, el aire y los suelos acumulan cada vez más calor y que toda esta energía está detrás de muchos de los fenómenos catastróficos que asuelan con más frecuencia amplias regiones.
La próxima cumbre climática de la ONU será en Brasil a finales de 2025. Y algunos expertos ya temen la interpretación política que algunos pueden hacer de haber rebasado los 1,5ºC. Dice Carlos Nobre, un científico del clima de la Universidad de São Paulo en Brasil que el mensaje más peligroso es pensar que se ha superado el umbral de los 1,5ºC y no ha pasado nada.
Los impactos de los fenómenos climáticos extremos y los riesgos a largo plazo del derretimiento del hielo y el cambio de los ecosistemas seguirán aumentando, a menos que y hasta que la humanidad deje de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera, explican los autores de los trabajos. “Los efectos ya se están sintiendo”, dice la investigadora Gail Whiteman. “Y van a empeorar”.