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En la base aérea de Cuatro Vientos todo está a punto para la llegada de Benedicto XVI. Un millar de trabajadores, han conseguido en cuatro meses, convertir el aeródromo en el mayor campamento jamás montado en España.

El gran escenario mide 200 metros de largo, veinte de alto y cuarenta de profundidad. Y para darle un aspecto rugoso se han necesitado dos toneladas de pintura.

Aunque ya sólo faltan algunos retoques ya se puede divisar sobre el altar lo que será el tronco del árbol de la vida. La copa, con una envergadura similar a la de un campo de tenis, dará sombra y vapor de agua al Santo Padre.

Según cálculos de la organización, casi un millón de personas acudirá el sábado por la noche a la Adoración Eucarística con el Papa, medio millón de los cuales son los peregrinos inscritos de ante mano, que pasarán la noche de acampada en Cuatro Vientos. Para darles servicio se están instalando 48 torres de sonido, 20 pantallas gigantes, 4.000 cuartos de baño y casi 2.000 grifos de agua potable.

La cuenta atrás ha comenzado y tanto trabajadores, organizadores como voluntarios, trabajan a contrarreloj para que todo este preparado cuando aterrice en Madrid Benedicto XVI.