Ni la caída de Jennifer Lawrence, que ya se ha vuelto una tradición, ni la esperada Lupita Nyongo'o, salvaron este año de la monotonía a la alfombra roja de los Oscar, la más esperada del año, donde los hombres contribuyeron con una espontánea nota de color y diversión.
En una meca donde el espectáculo es una forma de vida, sorprende como año tras año las actrices y actores pierden personalidad en sus apariciones y optan por ir sobre seguro: el escote palabra de honor de Amy Adams, el perfecto vestido de Dior de la imponente Charlize Theron o el sofisticado Armani de Cate Blanchett.
El fenómeno mediático del año, la mexicano-keniata Lupita Nyongo'o, nominada como mejor actriz secundaria por "12 años de esclavitud", gustó a los numerosos adeptos que ha cosechado en los últimos meses, con un diseño de Prada en azul bebé hecho a medida, y un escote de vértigo, aunque no ha gustado tanto como sus anteriores y espectaculares estilismos.
Su ejemplo sirve para asegurar sin remordimiento que los todopoderosos Óscar han sido eclipsados este año en variedad y riesgo por los Globos de Oro, donde esta actriz revelación apareció con un majestuoso rojo de Ralph Lauren y Cate Blanchet acaparó todos los flashes con un Armani Privé en encaje negro.
La protagonista de Blue Jasmine, nominada y una de las favoritas, ha confiado de nuevo en el diseñador italiano, en esta ocasión con un majestuoso vestido de pedrería en nude, un tono pastel que parece ser una de las tendencia entre las asistentes a la gala.
El blanco fue otro de los denominadores comunes de la noche, y lo fue entre las más acertadas, como Naomi Watts, con un diseño pedrería de Calvin Klein, de corte pegado al cuerpo, o la destacada aparición de Kate Hudson.
Con un espectacular blanco Versace Atelier, la actriz -sin la presión de las nominadas- se atrevió con un pronunciado escote en pico y anchas hombreras que acababan en una capa, con el que parecía salida de una alfombra roja de los años veinte.
La representación española, capitaneada por Penélope Cruz también se apuntó a la moda pastel, con una pieza en rosa palo de inspiración griega ideada por Giambattista Valli, que la actriz de Alcobendas acompañó con la mejor de sus sonrisas.
Siempre se espera mucho de las nominadas, aunque este año dos de ellas optaron por siluetas discretas y colores oscuros, como Amy Adams, por "La gran estafa americana", con un palabra de honor Gucci Couture en azul klein; y Sandra Bullock, por Gravity, con un Alexander Mcqueen de escote corazón y azul petróleo, que superó la nota media de sus últimas apariciones.
Conservadora también fue Anne Hathaway, con un Gucci en negro rematado por cristales en el pecho, aunque con una idéntica silueta al vilipendiado Valentino del año pasada.
Quien también repitió nominación, firma y tropezón fue la actriz Jennifer Lawrence, que en esta ocasión decidió llevar un vestido rojo carmesí con peplum -ribeteado en la cintura-, y cuyo traspiés ya se ha vuelto una tradición más de cada alfombra.
El libanés Elie Saab, uno de los más cotizados en las alfombras, ha sido el encargado de vestir a Angelina Jolie, más recatada que en anteriores ocasiones, con un diseño que juega a las transparencias, y Elsa Pataky, con un diseño adaptado a su embarazo en pedrería y tono verde turquesa.
En el apartado de joyas, han ganado los diamantes, que en el caso de Charlize Theron -de Hary Winston- superaban los diez millones de dólares, mientras que Penélope Cruz se decantó por brazalete y pendientes de Chopard y Naomi Watts escogió una gargantilla con forma de malla de Bulgari.
La firma italiana también fue la encargada de aderezar el negro encaje de Givenchy de Julia Roberts, con algún toque brillante, en un "look" poco favorecedor al que acostumbra desde hace años la que fuera una de las más esperadas en la alfombra roja.
El color, la sofisticación y la diversión ha estado esta 89 edición escondida en el armario masculino. En el caso de Jared Leto ha sorprendido a propios y ajenos con el pelo suelto, chaqueta blanca de Saint Laurent, y una pajarita roja, con la que parecía salido de un baile de graduación.
Una elección que parece le ha traído suerte y se ha llevado la estatuilla por su papel en Dallas Buyers Club. Su compañero de reparto Matthew McConaughey, también nominado, se ha decantado por el blanco, un color que se ha hecho hueco en el rojo de la alfombra junto con el azul de los esmoquin de Di Caprio y Kevin Spacey.
Aunque la verdadera nota de color y el riesgo ha estado en el músico Pharrell Williams que ha optado por el riguroso y tradicional esmoquin acompañado eso sí... por bermudas.