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Manuel tiene 18 años y se enfrenta como otros muchos estudiantes a la prueba de selectividad.

El domingo a las 12 de la noche nos abre las puertas de su casa en Pozuelo. Aunque tiene un notable de nota media y está preparado para los exámenes, Manuel nos asegura que está un poco nervioso.

Tras varias horas repasando, se va a la cama a descansar. Mañana le espera el gran día. Si todo sale bien estará más cerca de cumplir su sueño, ser ingeniero.

Ya por la mañana, su abuela y su madre le dan ánimos, consejos y le desean suerte. A las 8:30 Manuel emprende el trayecto hacia la Universidad Complutense de Madrid. Va en coche con una amiga y su madre. Minutos más tarde llega a la facultad de Geografía e Historia donde le esperan el resto de sus compañeros.

Una vez dentro del aula y a pocos minutos de empezar el examen, Manuel confiesa que está más nervioso que antes. El primer examen, de Lengua y Literatura, comienza a las diez en punto.

Después de una hora y media de examen, Manuel sale contento. Le han preguntado la Generación del 98 y cree que ha respondido correctamente.

Todavía le quedan otros dos exámenes más y dos días por delante.