Mezclar el combustible convencional con biocombustibles en los motores de los aviones ayuda a reducir sus emisiones de aerosoles, según revela hoy un estudio publicado en la revista científica Nature.
La investigación llevada a cabo por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA) demostró que un avión, viajando a una velocidad de crucero, que utilice una mezcla de combustibles que incluya biocarburantes es capaz de reducir entre un 50 y 70 por ciento sus emisiones.
El hallazgo proporciona una importante información sobre el impacto medioambiental del biocarburante utilizado en los vuelos de los aviones, que no había sido antes estudiado, y abre la puerta a la posibilidad de que los biocombustibles se conviertan en una estrategia viable para mitigar el cambio climático.
El estudio explica que los aerosoles liberados por los motores de los aviones contribuyen a la formación de nubes, que pueden afectar al clima por su interacción con la radiación de la luz del sol y por su contribución a que la atmósfera almacene más agua.
Investigaciones anteriores ya evaluaron el potencial del uso de biocarburantes para reducir la emisiones, pero todas ellas fueron hechas en motores en tierra, cuando éstos operan de manera muy diferente cuando están volando.
En cambio, este estudio, liderado por Richard Moore, se llevó a cabo mediante la comparación de las emisiones de dos aviones mientras volaban, uno con combustible convencional y otro con la mezcla de biocombustible.
Así, los expertos pudieron observar que las emisiones de aerosoles producidas por la mezcla de combustibles era mucho menores que las que expulsaba el combustible convencional.
El experimento también proporcionó información sobre el tipo de aerosoles emitidos, algo que puede ayudar a mejorar los estudios y las evaluaciones sobre si el uso de biocombustibles es una estrategia factible para ayudar a mitigar los efectos del cambio climático.