El dispositivo de búsqueda de Anna y Olivia, las niñas desaparecidas en Tenerife hace 23 días, al igual que su padre, incorporará previsiblemente la próxima semana un sonar, informaron fuentes de la investigación.
Con la ayuda de este dispositivo la Guardia Civil intentará rastrear el fondo marino en la zona donde fue hallada vacía y a la deriva la embarcación de Tomás Antonio G.C., frente al Puertito de Güímar, una zona de gran profundidad en la que ya han trabajado miembros del grupo de actividades subacuáticas (GEAS).
Fue precisamente en esa zona donde los equipos de rescate hallaron flotando en el agua una silla de retención infantil que usaba Anna.
La directora de la Guardia Civil, María Gámez, avanzó este lunes que se estaba gestionando la cesión por parte del Instituto Español de Oceanografía de un sonar y un robot submarino, y que estaba a expensas de la autorización del juzgado de Güímar que instruye la causa, y que mantiene el secreto de las actuaciones.
Es por ello que apenas trascienden datos de la investigación, que en la jornada de este miércoles se centró en el análisis, con la ayuda de dos perros adiestrados para buscar restos biológicos, en la lancha de Tomás Antonio G.C.
Esos canes ya fueron utilizados en los días previos para realizar nuevos registros en la casa y la finca del padre de las niñas en Igueste de Candelaria.
El objetivo de estas pesquisas es reconstruir las horas previas a la desaparición del padre y de sus hijas, antes de que las cámaras de la Marina de Tenerife registraran al progenitor entrando con su coche solo en estas instalaciones.
Un vigilante también lo vio solo, sin compañía de sus hijas, y cómo cargó maletas y bolsas en su embarcación antes de hacerse a la mar por dos veces.
Entre una y otra vez fue interceptado y propuesto para sanción por saltarse el toque de queda por parte de la Guardia Civil, que no halló nada sospechoso a bordo de la embarcación. A esa hora aún la madre no había denunciado la desaparición de Anna y Olivia.