Dos años de cárcel para la mujer del asesino de Mari Luz por falso testimonio

Isabel García, la esposa de Santiago del Valle que fue condenado a 22 años de prisión por la muerte de Mari Luz Cortés, ha sido condenada a dos años de cárcel y al pago de una multa de ochos meses a razón de tres euros diarios, una cantidad que asciende a 732 euros -en base a su pensión no contributiva por minusvalía-, por un delito de falso testimonio en causa penal contra el reo cometido durante el juicio por la muerte de la pequeña, celebrado en febrero de 2011, según reza en la sentencia.

Cabe recordar que durante el juicio, celebrado la pasada semana, Isabel García aseguró por videoconferencia que se acogía a su derecho a no declarar. No obstante, Rosa del Valle, hermana de Santiago, a la que imputó directamente Isabel García de la muerte de la menor durante el juicio, y en prisión tras ser condenada a nueve años de cárcel por cómplice de asesinato, afirmó mediante este método que "nunca habló con su cuñada a solas" sobre la muerte de Mari Luz y que esta "mintió en el juicio y la inculpó de asesinato para hacerle daño".

En la sentencia, que también la condena al pago de las costas causadas, el juez considera probado que el 16 de febrero de 2011 Isabel García compareció, en calidad de testigo, en el juicio oral por la muerte de la pequeña Mari Luz y, con carácter previo a iniciarse su declaración, la acusada fue informada por el presidente del tribunal de la posibilidad de acogerse a la posibilidad de no declarar contra los acusados en aquella causa, Santiago del Valle García y Rosa del Valle García, por tratarse de su esposo y cuñada, respectivamente, manifestando García que no deseaba declarar contra su esposo, pero sí contra Rosa.

CAMBIA SU DECLARACIÓN

En su declaración, a preguntas del Ministerio Fiscal, representado por Alfredo Flores, la condenada, que ya había sido interrogada en fase de instrucción en variadas ocasiones previas sobre los hechos objeto de enjuiciamiento en aquella causa, modificó "radicalmente" lo declarado con anterioridad y procedió a un nuevo relato, "falso, con pleno conocimiento de su falsedad e interesada en favorecer la posición e intereses en el proceso de su esposo y perjudicar a su cuñada con la que había mantenido mala relación".

Así, optó por manifestar en el juicio que Santiago Del Valle no tuvo ninguna intervención en los hechos enjuiciados, que era su cuñada, la acusada Rosa, "la que había llamado a la niña Mari Luz para meterla en casa, la que la metió y le dio una bolsa de golosinas, que la niña se cayó en la escalera, que Rosa la había metido en un carrito, tapándola con una chaqueta y luego en el maletero del coche, llevándola hasta la marisma donde por recobrar el conocimiento la golpeó de nuevo y la tiró al agua". De igual modo, insistió en que sabía lo ocurrido porque había sido su cuñada la que se lo contó cuando ambas convivieron unos días tres años antes, en marzo de 2008, en la localidad de Pajaroncillo (Cuenca).

Fue entonces cuando el tribunal rechazó rotundamente el testimonio de la acusada y acordó deducir testimonio por si la declaración pudiera constituir delito de falso testimonio. De hecho, el 18 de marzo de 2011 la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Huelva dictó sentencia condenatoria para Santiago y Rosa Del Valle sin atender el testimonio de García.

FALTÓ A LA VERDAD DE FORMA CONSCIENTE

El juez considera que la acusada faltó a la verdad, consciente y voluntariamente, con conocimiento de que la falsedad está castigada en el Código Penal como delito de falta testimonio, y tras prestar juramento y con apercibimiento de que podía incurrir en el mismo.

Durante el juicio, celebrado la pasada semana, Rosa del Valle manifestó que "nunca había tenido buena relación personal" con Isabel García y que "jamás mantuvo con ella una conversación en la que le hiciera partícipe de ningún secreto", así como que la declaración de García en febrero de 2011 "sobre una conversación en Pajaroncillo es rotundamente falso". A su vez, del Valle explicó que en el juicio de la Audiencia Provincial se acogió a su dispensa a no declarar, por lo que no declaró al principio ni al final porque eso era lo acordado con su letrado, Manuel Domínguez.

En esta misma vista oral declaró un perito del Instituto de Medicina Legal de Sevilla el cual aseguró, tras realizarle un examen a García en 2008, que apreció "retraso mental leve, inmadurez afectiva y emocional y alteraciones de índole emocional", así como que presentaba datos compatibles con un posible trastorno de personalidad inespecífico y una gran dependencia sobre su marido, no obstante señala que pese al déficit intelectivo, "conoce la bondad y maldad de los actos humanos y es capaz de conocer lo ilícito de actos como robar, matar o encubrir, y de merecer un castigo por ello".