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Dos científicos españoles, uno del Instituto Español de Oceanografía y una catedrática de Química Marina de la ULPGC descenderán en un submarino al volcán de El Hierro en una campaña dirigida por el Insituto GEOMAR de Alemania. Se trata de la primera vez que se estudia este volcán en un submarino tripulado.

La expedición forma parte de un convenio de colaboración entre GEOMAR Helmholtz Centre for Ocean Research Kiel, la Plataforma Oceánica de Canarias y la Universidad de las Palmas de Gran Canaria en el que colabora, a través del proyecto Vulcano, el Instituto Español de Oceanografía (IEO).

El buque en el que se realizará la expedición es el alemán Poseidón y el submarino tripulado JAGO. En este submarino se sumergerán el investigador del IEO en Canarias Eugenio Fraile, líder del proyecto vulcano, y la catedrática de Química Marina de la ULPGC, Magdalena Santana.

JAGO tiene una longitud de 3,2 metros, una altura de 2,5 metros, una autonomía de 96 horas y puede operar hasta 400 metros de profundidad. El investigador de GEOMAR Mark Hannigton, ha explicado que el submarino permitirá la oportunidad de ver el volcán submarino con sus propios ojos y elegir los lugares más importantes para realizar mediciones y tomar muestras.

"Uno de los objetivos fundamentales de esta expedición a bordo del JAGO será el estudio de las perturbaciones físico-químicas causadas por la fase de desgasificación, que aún se mantiene activa en el volcán submarino de El Hierro. Podremos, por primera vez, observar y muestrear en aquellos lugares exactos en los que existe emanación al medio marino de calor, gases y metales", explican los investigadores Fraile y Santana.

Además de las inmersiones a bordo del submarino, los científicos tienen como objetivo recuperar unos sismómetros submarinos que instalaron hace un año.

Se trata de unos dispositivos llamaos OBS (Ocean Bottom Sismometer) que son capaces de registrar la microsismicidad de la zona con una enorme resolución y precisión.

Una vez se descarguen estos datos, los científicos esperan que el registro de los microsísmos del último año permita conocer la localización del magma en el subsuelo de la isla.

Con este ambicioso proyecto, que se suma a los trabajos realizados por el IEO desde que, en octubre de 2011, comenzase la erupción submarina, los científicos esperan llegar a comprender los mecanismos que hay detrás de la formación de las islas más "jóvenes" del archipiélago canario.