La crecida del Ebro ha anegado unas 20.000 hectáreas en Aragón, donde se ha evacuado a más de un millar de personas, principalmente vecinos de Boquiñeni y Pradilla (Zaragoza) que deberán pasar al menos esta noche realojados en casas de allegados o en polideportivos de pueblos cercanos.
"Es la más gorda que recuerda la gente del lugar", ha explicado el alcalde de Boquiñeni, Miguel Ángel Sanjuán, "el agua del Ebro nunca había entrado por el norte del pueblo hasta hoy. Era impensable que ocurriera esto".
En Pradilla, pueblo cercano donde el nivel del agua ha superado los 8 metros de altura, la teniente alcalde, Inmaculada Carcas, afronta su segunda noche en el pueblo tratando de hacer frente al agua, "lo de dormir va a ser una utopía", ha dicho.
En esta ocasión, el Ebro se ha comportado de una forma "muy rara", ha afirmado, ya que el caudal que lleva es el mismo que en la riada de 2007 y sin embargo el nivel es mucho más alto y los daños han "mayores e históricos".
El río ha arrasado todas las motas de contención de las huertas y ha inundado todo, ha explicado la edil.
En Boquiñeni, la evacuación de las 980 personas que allí viven ha sido forzosa y el pueblo está completamente aislado, porque se ha tenido que romper incluso la carretera de acceso para evitar que el agua llegara al núcleo urbano.
Agentes de la Guardia Civil se han encargado de ir casa por casa para avisar a la población de que abandonara sus viviendas, han informado fuentes del Gobierno de Aragón.
En Pradilla, aunque también se ha recomendado la evacuación de los 650 vecinos que allí residen, se han ido básicamente "ancianos, niños y casi todas las mujeres", ya que la mayoría de los hombres han decidido quedarse a hacer frente al río, al igual que lo ha hecho la teniente de alcalde, que piensa estar de nuevo toda la noche en vela.
"Estamos, resignados, enfados y cabreados", ha afirmado la representante municipal, que al igual que el alcalde de Boquiñeni ha considerado que se debe actuar de forma coordinada y rápida para que esto no vuelva a pasar.
Ahora la vista está puesta en Cabañas de Ebro, un pueblo muy pequeño, que en principio, según las previsiones de la Confederación Hidrográfica del Ebro, no tiene por qué verse afectado por las inundaciones, aunque los habitantes están expectantes ante lo que pueda ocurrir, han informado a EFE fuentes del Gobierno regional.
El Ebro entró ayer en Aragón por Novillas, una localidad que estuvo en vilo todo el día y parte de la noche ante las inundaciones que afectaron a algunas viviendas, aunque en este lugar el agua está empezando a descender.
En la localidad de Alfajarín también se ha desalojado a una treintena de personas y se han evacuado varias urbanizaciones de la provincia de Zaragoza, donde ya hace dos días se optó por trasladar de forma preventiva a otros centros o a casa de familiares a unos 80 ancianos de una residencia de la tercera edad del barrio rural de Zaragoza, de Monzalbarba.
La punta de la crecida está de lleno en Aragón, tras abandonar ayer Navarra donde dejó unas 20.000 hectáreas anegadas y donde, aunque lo peor ha pasado, hoy se ha producido el desalojo de media docena de viviendas de Buñuel.
La presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, ha visitado tanto ayer como hoy las zonas inundadas y ha anunciado que mañana habrá una reunión con el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos de Armas, y los consejeros del ramo de Aragón, La Rioja y Navarra para analizar la situación del tramo medio del Ebro y ver cómo se acomete su limpieza.
Esta reunión ya estaba prevista sin una fecha cerrada y se ha adelantado para analizar la situación del tramo medio del Ebro, ha afirmado la presidenta.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Xavier de Pedro, ha advertido de que la situación es "preocupante" en la zona aragonesa de la cuenca, pero confía en que las motas aguantes.
Tras recorrer varias zonas afectadas, de Pedro ha apuntado que la avenida, que ha llegado a marcar en Castejón 2.500 metros cúbicos por segundo, tiene una altura "muy importantes" y ha recordado que ayer la CHE ya avisó de que los efectos de esta riada serían parecidos a los 2003, cuando se registró una importante crecida del Ebro.
La punta de crecida del río está previsto que llegue el lunes a Zaragoza con un caudal, a falta de concretar, de unos 2.200 metros cúbicos aproximadamente.
A las siete de la tarde, el caudal del Ebro en Zaragoza era de 1.900 metros cúbicos por segundo y la altura alcanzada de 5,02 metros.
Para hacerse una idea de la magnitud de la riada, el mes pasado en Zaragoza el río Ebro pasaba con 229 metros cúbicos de media por segundo de caudal, con una altura media de 1,40 metros.