La Guardia Civil ha detenido a diez personas en una operación en Galicia, Madrid, País Vasco, Aragón y Cantabria contra narcotraficantes que introducían en España droga desde Sudamérica que trasladaban a las inmediaciones de Ondárroa (Vizcaya), donde se ha intervenido una tonelada y media de cocaína. La organización realizaba desplazamientos a Sudamérica para negociar con los cárteles la adquisición de la droga y posteriormente la introducían en España mediante embarcaciones de recreo, según informa la Dirección General de la Guardia Civil.
Se trata de la operación Paraka, dirigida por el Juzgado de Instrucción número 4 de Torrejón de Ardoz (Madrid), en la que han sido arrestados cuatro españoles, tres argentinos, un paraguayo, un holandés y un inglés como presuntos integrantes de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y al blanqueo de capitales.
La investigación se inició el pasado 17 de junio cuando la Guardia Civil interceptó dos vehículos en la provincia de Zaragoza, en cuyo interior fueron intervenidos 98 kilos de cocaína momento en el que se procedió a detener a los conductores. Fruto de estas detenciones los agentes establecieron una serie de actuaciones que llevaron a ubicar un inmueble en la provincia de Vizcaya susceptible de almacenar una importante cantidad de cocaína.
Tras una vigilancia sobre el mismo y la localización de la mayor parte de los implicados se procedió a registrarlo y se intervino la tonelada y media de cocaína.
Las últimas detenciones y registros domiciliarios, hasta un total de cuatro, se practicaron a primeros de este mes y se logró aprehender once kilos de hachís, dinero en efectivo y una importante cantidad de material electrónico informático. En concreto, además de la droga y otros efectos, tres inhibidores de frecuencia, sistemas de navegación utilizados para transportar la droga en embarcaciones, doce vehículos y 21.500 euros en efectivo.
Los investigadores han comprobado que la organización estaba perfectamente estructurada y tenía diferentes contenidos sin que muchos de sus componentes, como medida de seguridad, tuvieran relación entre ellos. Igualmente observaron que los responsables de la red realizaban frecuentemente desplazamientos a Sudamérica para negociar con los cárteles la adquisición de estupefacientes y su posterior envío a España.
La red utilizaba distintas vías para introducir la cocaína en España si bien la que más usaban era el transporte mediante embarcaciones de gran calado hasta las proximidades de las aguas territoriales españolas, donde traspasaban la mercancía a otras de recreo.
Posteriormente, trasladaban la droga hasta las inmediaciones de la población vizcaína de Ondárroa, por cuya costa lograban introducir la cocaína en el territorio español.
La mercancía la almacenaban en viviendas que previamente alquilaban, preferiblemente caseríos aislados para pasar desapercibidos.
La complejidad de la operación y los numerosos lugares en los que se han llevado a cabo las investigaciones han requerido la participación de diversas unidades de investigación y de intervención de la Guardia Civil.