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Unos por exclusividad y otros con la idea de rentabilizar su negocio, los diseñadores experimentan con los tejidos hasta crear estampados con luz propia y cierta personalidad, según se ha podido ver en la segunda jornada matinal de la pasarela Madrid Fashionweek.

Elena Martín, directora creativa de la firma Martin Lamothe, compone una colección para el próximo otoño-invierno 2014/2015 con estampados propios. "Investigamos, hacemos los estampados y los patentamos. Unos los utilizamos nosotros y otros los vendemos", ha explicado hoy a Efe Estilo la diseñadora.

Esta firma también trabaja la piel de formas diferentes. Así, vemos napa de cordero laminada, sella o desteñida y piel de cabrito oxigenada "hasta conseguir una estética guerrera", detalla.

Y con una serie de estampados propios y tejidos personalizados, Elena Martín ha traído a la pasarela madrileña una serie de prendas inspiradas en mujeres brujas y sacerdotisas, medievales y guerreras y románticas y futuristas.

Así, se han visto propuestas muy sexys que se convertían en un estilismo monacal por culpa de botas altas hasta la ingle y otras impregnadas con un halo bizantino y helénico, piezas que se acompañaban de austeros sobreros de gran tamaño.

Los hermanos Aitor e Iñaki Muñoz, alma y cuerpo de la firma Ailanto, se han inspirado en La Shirley Sherwood Gallery of Botanical Art, galería dedica al arte botánica, para crear unos estampados contemporáneos, muy personales, con motivos vegetales y sutiles mariposas.

Con la intención de conseguir piezas exclusivas, con sello propio, Ailanto se preocupa por realizar estampados con gran mimo. En esta ocasión, llaman la atención uno realizado mediante la técnica del papel de seda y lápices de acuarela.

"Es una colección de contrastes, las prendas deportivas y masculinas se mezclan con otras femeninas, ligeras y sutiles", han contado los hermanos Muñoz, que han cosido una hermosa falsa de media capa con un neopreno troquelado.

Sobre la pasarela han abundado prendas de abrigo, entre ellas trencas, tabardos marineros, parkas y americanas que daban cobijo a sutiles vestidos con largo midi, camisas y blusas de crepe o seda entallados.

La nota más divertida ha llegado con un impermeable transparente cuajado de lentejuelas, una luminosa prenda, ideal para días grises y lluviosos como el de hoy en Madrid.

La ruta de la seda, camino que une Oriente y Occidente, es el punto de partida de Francis Montesinos, un viaje en el que trabaja los tejidos para dar coherencia a la colección.

De tal modo, aparecen sedas brocadas en gris y rojo azafrán que recrean la cultura oriental. Chilabas femeninas y masculinas que representan al país africano y estampados de pavo real, en tonos azules y verdes, que imbuyen en la cultura mediterránea.

"Ha sido la colección que más me ha constado hacer, como esto siga así...", ha dicho el valenciano, que tras una larga carrera, considera que "la moda es lujo y fantasía, otra cosas son las cuentas".

Por su parte, María Barros ha inaugurado esta mañana la segunda jornada de la Mercedes-Benz Fashion Week con un desfile, en el que ha presentado una serie de vestidos inspirados en el lenguaje cinematográfico surrealista que expresaron Luis Buñuel, Germaine Dulac y Jean Cocteau.

"Es una colección marcada por el vestido", ha contado la diseñadora gallega, que ha evitado los estampados para componer prendas con siluetas muy marcadas y volúmenes asimétricos, muy depurados.

Lanas y sedas tintadas en azul, rosa y naranja con sutiles pinceladas beige, han dado vida a unos vestidos ceñidos con largo midi y otros con más movimiento y una pequeña cola, conjuntados con unos divertidos botines que llevaba estampados los huesos del pie.