El "cross dressing" o travestismo es una práctica que hombres heterosexuales realizan en el mundo, pero que se mantiene en secreto debido a los tabúes que prevalecen en torno a esta preferencia, dijo hoy a Efe Alba Barbé i Serra, directora del documental "En femme".
La cinta, presentada en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, que hoy termina en esa ciudad del oeste de México, muestra el día a día de un club barcelonés que reúne a quienes disfrutan de vestirse como mujer.
Quienes componen esta comunidad son hombres que no se asumen como homosexuales, provienen de la clase media alta, tienen profesiones liberales, e incluso son padre de familia y, algunos, abuelos.
Son hombres "que durante muchos años de su vida se han travestido y que durante sus vidas nunca han encontrado una representación, un símbolo con el que se hayan sentido identificados", dice la también antropóloga tras la proyección del largometraje.
En España los travestis son a menudo relacionados con las migrantes latinoamericanas que ejercen el trabajo sexual o con los homosexuales, pero los 'cross dressers' "no se sienten identificadas con esta figura y son hombres heterosexuales que simplemente se visten de mujer", recalcó.
La cinta muestra cómo los miembros del club "En femme" se reúnen regularmente para vestirse como mujeres; algunos tienen un armario en que guardan la ropa, accesorios y pelucas que usan y comparten con otros. Uno de ellos afirma que vestirse de manera femenina es lo más cercano que un hombre puede estar de sentirse una mujer.
Ellos comparten un espacio de socialización del que se sienten parte y en el que pueden tratarse como mujeres y convertirse por un rato en lo que desean ser, explicó Barbé i Serra.
Agregó que aunque en Ciudad de México y en Nueva York hay espacios similares, "En femme" es único a nivel internacional debido a que ofrece ayuda para que los hombres asuman esta preferencia y realicen el proceso de aceptación.
"Para muchas de ellos es la creación de una comunidad afectiva, de sentirse que no son bichos raros y que no están solos en este mundo. Ha sido verdaderamente liberador, más allá de si deciden hacer o no un proceso de transformación" definitivo, expuso.
Los protagonistas del documental aseguran que hay miles de hombres que disfrutan de vestirse como mujeres pero lo hacen a escondidas, cuando no está la familia y usando la ropa de la esposa o la hija. Algunos deciden acercarse al club poco a poco.
Primero hay un contacto a través de las redes o de boca en boca por el que se enteran de que existe un club. "Antes de ir al lugar pueden pasar cinco o siete años (para) que la persona dé un paso más allá", expresó la directora.
Asumir esta preferencia no es fácil para los hombres, pues además de la homofobia y transfobia que aún prevalecen en la sociedad se enfrentan a las familias, que en la mayoría de los casos no aceptan la idea de que la figura masculina se vista de manera femenina.
"Hay un reposicionamiento en toda la familia cuando alguien confiesa que le gusta vestirse de mujer; muchas mujeres han decidido apartar a sus maridos de la familia, otras personas están en procesos judiciales de sus hijos porque sus esposas piensan que están pervertidos, otras han decidido tomar la relación y continuar", abundó.
Para Barbé i Serra, el "cross dressing" es una práctica que interpela al sistema de clasificación de género, porque son hombres que pueden ser hombres en lo público y mujeres en lo privado, y plantea un reto para la sociedad.
"Estamos en un momento en que vivir un sistema de género que es binario genera sufrimiento; realmente (para) cumplir con esta cuota de feminidad y masculinidad los costes son altos", acotó.