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Los jóvenes que corren o realizan actividades cardiovasculares de mantenimiento físico pueden preservar su memoria y las habilidades de pensamiento en la mediana edad (entre 43 y 55 años), según los resultados de una nueva investigación publicada este miércoles en la edición digital de la revista Neurology.

La aptitud cardiorrespiratoria es una medida de cómo el cuerpo transporta el oxígeno a los músculos y la capacidad de los músculos de absorber el oxígeno durante el ejercicio.

"Muchos estudios demuestran los beneficios para el cerebro de la buena salud del corazón", afirma el autor del trabajo, David R. Jacobs, de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, Estados Unidos. "Este es un estudio más importante que debe recordar a los adultos jóvenes los beneficios para la salud cerebral de actividades como correr, nadar, andar en bicicleta o acudir a clases de fitness", añade.

Para el estudio, 2.747 personas sanas con una edad promedio de 25 años se sometieron a pruebas en la cinta de correr durante el primer año de estudio y, posteriormente, 20 años después. Los test cognitivos realizados 25 años después del comienzo de la investigación midieron la memoria verbal, la velocidad psicomotora (la relación entre las habilidades de pensamiento y el movimiento físico) y la función ejecutiva.

Para la prueba de esfuerzo, similar a un test de esfuerzo cardiovascular, los participantes caminaban o corrían con la velocidad y la inclinación incrementándose hasta que no pudieron continuar o tenían síntomas como falta de aliento. En el primer test, los participantes duraron de media unos diez minutos en la cinta y 20 años después, ese número se redujo en un promedio de 2,9 minutos.

Por cada minuto adicional que las personas duraron en la cinta en la primera prueba, recordaron 0,12 palabras más correctamente en los test cognitivos de entre 15 palabras y ubicaron correcatmente 0,92 más números con símbolos sin sentido en la prueba de velocidad psicomotora 25 años más tarde, incluso después de ajustar por otros factores, como el tabaquismo, la diabetes y el colesterol alto.

Las personas que registraron menores descensos en su tiempo en la prueba de esfuerzo, obtuvieron mejores resultados en la prueba de función ejecutiva 20 años después que los que disminuyeron más el tiempo que aguantaron ejercitándose. En concreto, fueron más capaces de expresar correctamente el color de la tinta, por ejemplo, para la palabra "amarillo" escrita en tinta verde, decir la respuesta correcta, que era "verde".

"Otros estudios realizados en individuos de edad avanzada han demostrado que estas pruebas se encuentran entre los más fuertes predictores de desarrollo de demencia en el futuro.

Un análisis demostró que cada palabra adicional recordada en la prueba de memoria se asoció con una disminución del 18 por ciento en el riesgo de desarrollar demencia diez años después", subraya, adelantando que estos hallazgos podrían ayudar a identificar, prevenir y tratar antes a las personas con alto riesgo de demencia.