El hospital universitario de Lille (CHRU) ha elevado a seis el número de heridos graves a causa del accidente de un autobús, en el que viajaban cerca de 60 estudiantes universitarios españoles desde Bilbao a Amsterdam, junto a la localidad septentrional francesa de Lille.
De los seis heridos en estado grave, cinco tienen un pronóstico vital crítico, según el centro hospitalario, que ha atendido a un total de 34 personas, de las cuales 15 son heridos leves y 13 ya han sido dadas de alta. Los heridos están siendo atendidos por un equipo multidisciplinar, con personal de urgencias, anestesistas y un equipo quirúrgico.
El siniestro tuvo lugar a las 05.29 hora local (03.29 GMT), cuando el autobús, de una planta y operado por la bilbaína agencia Viajes Livingston, quedó "decapitado" e incrustado en mitad de un túnel demasiado bajo (de 2,60 metros) del Grand Boulevard de la periferia de Lille, a la altura del municipio de La Madeleine.
El médico psiquiatra que dirige la célula de atención médico-psicológica levantada en ese municipio, François Ducrocq, detalló a EFE que las próximas "12 a 24 horas serán determinantes" para el pronóstico de los heridos graves, que están en el servicio de reanimación.
Ducrocq, que calificó su situación de "peligrosa", indicó también que no podía dar más información al respecto debido a las cláusulas de confidencialidad de los pacientes.
El facultativo añadió que entre el resto de heridos leves hay personas con fracturas de nariz, de clavícula, luxaciones en la espalda, hematomas y otras heridas, sin que su pronóstico vital esté afectado.
A esas personas, según la fuente, se les está dando de alta progresivamente, y junto a ellos están los equipos de asistencia psicológica con algunos traductores, por si les fuera necesario.
La mayoría de los pasajeros eran jóvenes de entre 18 y 19 años, pero en el vehículo viajaban también dos conductores, y otras cuatro personas, según informaron a EFE fuentes de la delegación del Gobierno y diplomáticas españolas.
El accidente, tal y como detalló Ducrocq, fue "extremadamente violento" y provocó una escena de "caos, apocalíptica". "Podría haber sido muchísimo más grave. Les ha salvado que estaban dormidos, reclinados, y que su cabeza no sobresalía de los asientos", añadió el doctor.
La atención prestada en La Madeleine a quienes no están hospitalizados busca detectar en primer lugar a quienes han sufrido un impacto psicológico más severo, para calmarlo y evitar que desarrollen ulteriormente estrés postraumático.
"Están entre ellos, han llamado a las familias, se les ha dado de comer y de beber, algunos están jugando a fútbol para distraerse. La prioridad ha sido hablar con la familia, tener noticias de sus compañeros y volver a España", concluyó en referencia a ese grupo que se encuentra atendido en un polideportivo local.
El conductor, que dio negativo en los test de alcoholemia y estupefacientes que se le practicaron, admitió durante su interrogatorio ante la Fiscalía que se fió del GPS sin prestar suficiente atención a la ruta.
El presidente del consejo departamental de Lille, Jean-René Lecerf, señaló a EFE que la zona del impacto, en la que se han producido en el pasado accidentes similares, cumplía con la normativa pero carecía de medidas de seguridad suficientes.