La exnovia de Carcaño dice que a Marta la golpearon él y su hermano

  • Un testigo dice que la noche del crimen de Marta vió a dos jóvenes con un bulto en una silla de ruedas

La menor Rocío D.G., que vivía con Miguel Carcaño en Camas (Sevilla) cuando en enero de 2009 mataron a Marta del Castillo, ha asegurado hoy que su exnovio y su hermano Francisco Javier Delgado, también imputado, fueron los que golpearon mortalmente a la joven en la casa de León XIII. En su testimonio ante el tribunal de la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla, la menor ha asegurado que Marta cayó al suelo tras haber sido golpeada por Carcaño con un cenicero y que en el suelo continuaron los golpes por parte de su exnovio y el hermano.

Tras un biombo, la menor ha asegurado que mintió en una de sus declaraciones policiales porque estaba amenazada por alguien que no ha concretado. Asimismo ha dicho que la madrugada del 25 de enero de 2009, Carcaño salió por la ventana de su habitación del domicilio que compartían en Camas para limpiar en la casa de León XIII un "charco de sangre" de Marta, con la que había discutido, según le contó.

Por la noche y mientras estaban juntos en la casa de Camas, en la que vivían nueve personas, Carcaño recibió varias llamadas y él siempre contestaba que había dejado a Marta en la puerta de la casa, según la menor. "Si le miento a la Policía, le miento a cualquiera", ha reconocido la menor que le dijo a una amiga antes de afirmar que contó la verdad "harta de tantas mentiras" y porque había "muchas familias padeciendo".

Ha relatado que le pidió a Carcaño que le dijera toda la verdad de lo ocurrido, por lo que la llevó a una zona de Camas donde le dijo que habían enterrado a Marta, tras lo cual le instó a que fuera a la Policía y él le contestó que no, porque lo iban a detener y quería estar libre el máximo tiempo posible. La menor ha señalado que, tras la desaparición de Marta, Carcaño se comportaba de forma fría cuando escuchaba noticias de lo ocurrido en televisión, lo que también ha confirmado la madre de la menor, Soledad Gómez, que acabó echando de la casa el 8 de febrero de 2009 al asesino confeso porque "sentía algo raro" y tenía sospechas de él.

La madre, que ha declarado como testigo, ha señalado que Carcaño ya estaba vestido cuando a las 04:20 horas del 25 de enero de 2009 fue a despertarlo para que fuera a su trabajo de limpiador en un bingo, y ha asegurado que no escuchó ruidos de que saliera por una ventana porque ella estaba cuidaba de un bebé en el salón de la casa. En una entrevista que mantuvo con Carcaño cuando ya estaba preso, la madre ha asegurado que él le contó que "se le fue la mano" con Marta tras una discusión, que luego llegó 'el Cuco' y que unos amigos llegaron con un coche, metieron el cadáver en un maletero y se la llevaron a un lugar que desconocía.

UN TESTIGO DICE QUE LA NOCHE DEL CRIMEN DE MARTA VIÓ A DOS JÓVENES CON UN BULTO EN UNA SILLA DE RUEDAS

El propietario de un bar cercano al domicilio de León XIII donde se produjo el crimen de la joven sevillana Marta del Castillo ha asegurado que sobre las 2.00 horas del día 25 de enero de 2009 vio a dos hombres jóvenes con una silla de ruedas en la que portaban un bulto, "como una alfombra o una moqueta", dirigiéndose a unos contenedores ubicados en la zona. En la octava sesión del juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Sevilla por la violación y el presunto asesinato de Marta, este testigo, A.T., ha relatado que sobre las 2.00 horas del día 25 de enero salió de su bar para tirar la basura en unos contenedores, momento en el que "le llamó la atención" ver a dos personas con una silla de ruedas en la que portaban un bulto, que iba "enrollado como un tubo", por lo que pensó: "Qué raro que la gente tire las cosas a la basura a estas horas".

En este sentido, el testigo, que ha precisado que el "bulto" iba colocado en la silla de forma transversal, ha señalado que posteriormente pudo ver a estas dos personas de vuelta en dirección a la vivienda de León XIII con la silla de ruedas, aunque entonces ya el bulto "no estaba". El propietario del bar ha señalado que no pudo verle las caras a los jóvenes, que iban ataviados con sudaderas con capucha, aunque ha precisado que eran "delgaditos" y que había una diferencia de estatura de diez centímetros entre ambos.

Asimismo, ha indicado que no pudo ver el momento en que ambas personas, que andaban "bastante deprisa, aunque no corriendo, y con las cabezas agachadas", tiraban este "bulto" al contenedor. Asimismo, y preguntado por los abogados de la defensa, ha asegurado que está "completamente seguro" de que fue la madrugada del 25 de enero cuando vio a estas dos personas con la silla de ruedas.