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El Ministerio Fiscal solicita una pena de 11 años de prisión para Miguel Antonio Reguera, vecino de Quilós, localidad del municipio de Cacabelos, conocido como el Rambo del Bierzo, al que se le incautó todo un arsenal para el que no tenía autorización y del que hizo alarde en un canal de YouTube.

El juicio contra Reguera, que está acusado de un delito de depósito de munición de guerra, otro de tenencia ilícita de armas y un tercero de tenencia de sustancias o aparatos explosivos, se celebrará mañana en la Audiencia Provincial de León.

El Misterio Fiscal solicita seis años por los dos primeros delitos y cinco por el tercero, y la privación del derecho a la tenencia y porte de armas.

Este vecino de Quilós, de 41 años, fue detenido por la Guardia Civil en 2010 después de que se hallaran en su poder 15 armas de fuego, 68 armas blancas, entre ellas una catana de 50 centímetros, 501 cartuchos de munición, 74 considerados como munición de guerra y 21,8 metros de cordón detonante.

La Guardia Civil procedió a la detención del acusado, sin antecedentes penales, al sospechar que tenía en su poder armas, municiones y sustancias explosivas no autorizadas por la ley después de publicar imágenes violentas en un canal de youtube.erentes fusiles simultáneamente en una zona boscosa no determinada, y amenazando a personas que no han podido ser identificadas con armas blancas.

Los agentes procedieron a su detención y solicitaron autorización judicial para la entrada y registro de su domicilio en Quilós, que se llevó a cabo el 14 de abril de 2010.

En el registro encontraron tres escopetas, dos carabinas, cuatro rifles marcas CETME, Browning, Waffen Schumacher y Endfeld, tres pistolas, una pistola detonadora y dos revólveres.

Asimismo, en la vivienda hallaron 74 cartuchos considerados como munición de guerra, perfectamente aptos para ser disparados.

Igualmente se hallaron en su poder 427 cartuchos de munición normal, dos cargadores con capacidad para 20 cartuchos y cinta ametralladoras.

También se halló en poder del procesado, sin que tuviera tampoco autorización para ello, 21,8 metros de cordón detonante que supondrían 261 gramos de pentrita, un potente explosivo.

Por último, también se halló en el domicilio del proceso una cerbatana de un metro de largo provista de seis dardos, dos tiragomas, dos bates de madera, ocho bayonetas, una catana de 50 centímetros de largo, 17 machetes, diez navajas, 14 armas blancas tipo cuchillera y puñal, 12 cuchillos y puñales lanzadores de diferentes tamaños y marcas y un puñal Stainless.