Los hijos de inmigrantes en España alcanzan la misma situación social que los de españoles y los episodios de discriminación que han sufrido son también similares: el 5% afirma haber vivido alguna experiencia discriminatoria, un porcentaje comparable al de los nativos. Son datos del estudio "Crecer en España: actitudes, desempeño e integración de los hijos de inmigrantes" presentado hoy por la Obra Social "la Caixa", elaborado a partir del testimonio de 7.000 menores de entre 12 y 17 años en Madrid y Barcelona en 2008 y cuatro años más tarde (entre 2011 y 2012) 4.000 de ellos fueron de nuevo entrevistados.
El estudio, en el que también han sido encuestados cerca de 1.500 hijos de españoles y 1.800 padres de los adolescentes de la muestra original, hace una radiografía de la integración de los hijos de inmigrantes, examinando su identidad y autoestima, sus experiencias de discriminación, sus logros educativos y su participación en el mercado laboral.
El 78,4% de los hijos de inmigrantes no registra ningún indicador de integración problemática a los 18 años, una cifra similar a la obtenida a partir de los testimonios de los españoles (el 76,5%).
La mitad se identifica como español (el 49,4% de los que residen en Madrid y el 46,9%, en Barcelona), pero hay diferencias: a los 18 años, el 81,5% de los nacidos en España de padres extranjeros se identifica con el país, pero la cifra cae al 40% en el caso de los que han sido traídos a edad temprana.
Con respecto a la primera encuesta de 2008, crece en los nacidos en el extranjero la identificación con España entre la adolescencia temprana y tardía: en 2008 sólo el 22,1% se sentía español mientras que en 2012 esa cifra se duplica hasta el 43,1%.
Los datos revelan que las percepciones de discriminación entre los hijos de inmigrantes "son muy escasas", ya que a los 18 años, "sólo" el 5% declaró haberla sufrido "alguna o muchas veces", una cifra "prácticamente idéntica" a la de los de españoles (6,1%).
En el caso de los padres, uno de cada cuatro afirma haber sido discriminado.
La cifras revelan, según el informe, un proceso de adaptación "generalmente positivo" y una "convergencia" psicológica y cultural entre los hijos de inmigrantes y los de nativos.
En este sentido, apunta que el estatus socioeconómico, así como crecer en familias en las que los dos progenitores están presentes y, de forma especial, las buenas relaciones entre padres e hijos en la adolescencia temprana reducen las experiencias de discriminación en años posteriores.
EDUCACIÓN, FUTURO Y EMPLEO
Respecto al ámbito educativo, en los cuatro años transcurridos desde la primera y la segunda muestra, sólo el 15% abandonaron los estudios, un resultado que queda desviado por el "elevado" porcentaje (el 32%) de los hijos de chinos que dejan el sistema educativo.
Asimismo, la nota media es inferior a la de los españoles: 6,15 frente a 6,54.
Más de un tercio de los matriculados tratan de completar la Educación Secundaria, o programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), en tanto que el 44,1 % está matriculado en Bachillerato o Formación Profesional Superior, y el 4,7% ya ha accedido a la universidad.
El conocimiento del español mejora el promedio académico en el 3% pero lo "más importante" corresponde a la ambición del estudiante, que está influida también por las expectativas familiares, que aumentan en un 6 % las notas académicas de los hijos.
Pese a que las chicas inmigrantes obtienen mejores notas, su autoestima es más baja que la de los chicos.
El 87,4% de los padres está muy satisfecho con la educación que reciben sus hijos en España y opinan que tendrán las mismas oportunidades de prosperar que los nativos (el 90,8%) y el 85% espera que sus hijos sigan viviendo en el país.
En cuanto al empleo, el 12% de los menores inmigrantes entrevistados trabajan (el 22,5% lo hace a tiempo completo), y el 9,1 % de los nativos, cifras que son bajas debido al alto nivel de permanencia en el sistema escolar.
De los jóvenes inmigrantes que trabajan, el 52,2% lo hace sin contrato y el 73,6% percibe menos de 600 euros mensuales, unos datos que no registran diferencias significativas con respecto a los hijos de españoles: el 53% trabaja sin contrato y el 85,7% recibe menos de 600 euros al mes.