Los humanos jugaron un rol en las extinciones del Pleistoceno
Un grupo de científicos ha confirmado la participación humana en la extinción de la megafauna en el Pleistoceno tardío, según un estudio de la revista Science Advances.
El equipo del arqueólogo argentino Gustavo Politis encontró pruebas de que los humanos cazaron numerosos especímenes de perezosos gigantes en la región de la actual Pampa argentina en el Pleistoceno, una época que comenzó hace 2,59 millones de años y finalizó aproximadamente en el 10.000 a.C.
Los autores aseguraron que las dataciones de radiocarbono de este análisis desafían la "hipótesis popular" de que los megamamíferos de América del Sur sobrevivieron en esa región.
"La pérdida de hasta el 90 % de las especies de animales grandes en los continentes sin hielo ocurrió durante el final del Pleistoceno, y muchos especímenes de la megafauna se extinguieron", argumentaron.
Hasta la fecha, los estudios han sugerido que los seres humanos y los eventos impulsados por el clima podrían ser los culpables de la pérdida de la megafauna, pero las causas y la dinámica de la extinción son "difíciles de determinar", y la evidencia directa de la depredación humana es "escasa", de acuerdo a los autores.
El sitio arqueológico argentino Campo Laborde ha producido muchos fósiles de megafauna, pero la datación precisa por radiocarbono "ha sido difícil en estos huesos porque los fósiles tienen muy poco colágeno, y contaminado, lo que dificulta su extracción", señalaron los expertos.
Para abordar esta contaminación, Politis y sus colegas pensaron en aplicar la química de purificación XAD, que puede aislar los aminoácidos en el colágeno de un hueso, lo que da como resultado una fecha de radiocarbono más rigurosa.
De hecho, solo un hueso de un perezoso gigante encontrado en Campo Laborde contenía colágeno.
Este espécimen se fechó por primera vez en 2007 con aproximadamente 9.730 años de edad.
Al utilizar la espectrometría de masas con acelerador para marcar por radiocarbono los aminoácidos de la muestra, Politis determinó que el perezoso gigante tenía alrededor de los 10.570 años de edad, con un margen de error de 170 años.
Este hallazgo corrobora que el perezoso gigante fue atacado en el Pleistoceno tardío.
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/title}}{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{#href}} {{ text }} {{/href}} {{^href}} {{ text }} {{/href}}
{{/text}} {{/kicker}} {{#title}} {{#text}}