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Uno de cada cuatro jóvenes españoles dice sentirse insatisfecho con su propia vida, una proporción que aumenta entre los jóvenes de 22 y 23 años, especialmente entre quienes están en paro.

Esta es una de las conclusiones del estudio 'Expectativas vitales de la juventud', presentado por la Fundación Pfizer este martes en Madrid y que tiene como objetivo conocer las opiniones, actitudes y expectativas vitales de los jóvenes españoles de entre 15 y 32 años.

El documento añade que alrededor de una quinta parte de los jóvenes españoles manifiesta que la crisis económica está afectando "mucho o bastante" a su salud, a sus relaciones de pareja y a sus relaciones de amistad.

Asimismo, cerca de un tercio de los encuestados habla igualmente de esos efectos negativos sobre la convivencia dentro de la familia. Y más de un 40% responde en el mismo sentido al hablar de su estado de ánimo personal, muy o bastante 'tocado' a consecuencia de la crisis económica, sobre todo entre los jóvenes mayores de 23 años y, en general, y de manera muy contundente, entre los desempleados (la tasa de 'afectación' en este colectivo alcanza un notable 66%).

A pesar de estos signos de futuro incierto que los jóvenes vislumbran, son mayoría (el 70%) los que piensan que las cosas en su vida irán a mejor en unos años. Esta perspectiva optimista es más clara entre quienes tienen de 23 a 26 años y, según ocupación, entre los jóvenes parados.

En general, según el trabajo 'Expectativas vitales de la juventud', detrás de esta perspectiva optimista se encuentra la creencia de que se encontrará trabajo o se mejorará el empleo, si se tiene y, como consecuencia, se tendrá mayores ingresos.