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El cuarto juicio contra el hispano-estadounidense Pablo Ibar por un triple asesinato cometido en Miramar (Florida) en 1994 ha entrado en su fase de deliberaciones, en la que un jurado deberá decidir si lo declara culpable o no culpable.

El juicio contra Pablo Ibar (46 años) queda así visto para sentencia en una jornada en la que la Fiscalía y la defensa hicieron una larga exposición de sus argumentos de cierre.

Momentos de tensión

Uno de los momento más tensos de la última audiencia se produjo cuando en la segunda parte de las conclusiones del Estado el fiscal Chuck Morton instó al jurado a que su veredicto no sirviera para que Pablo Ibar quedase libre.

"No dejen libre a este asesino", dijo Morton, lo que provocó de inmediato las protestas de la defensa y la solicitud de anulación de juicio, un extremo que fue rechazado por el juez que preside el caso, Dennis Bailey.

En la ronda de argumentos finales, Morton señaló que el cúmulo de pruebas y testigos aportados por el estado "corroboran" la culpabilidad del hispano-estadounidense en este crimen. Morton fue fiscal en el juicio del año 2000, en el que se condenó a Ibar a la pena capital por la muerte del dueño de un club nocturno, Casimir Sucharsky, y de dos modelos, Shaedon Anderson y Marie Rogers.

Dudas razonables

Por su parte, Benjamin Waxman, jefe de los abogados de la defensa, manifestó que "el perpetrador del crimen y Pablo Ibar no son la misma persona". "Las dudas razonables permean cada pieza de este caso", aseveró Waxman durante su exposición final, que tuvo como eje las negligencias, inconsistencias e irregularidades de los testimonios presentados por la Fiscalía desde que se inició el caso en 1994.

El jefe de la defensa del hispano-estadounidense manifestó que de las 145 huellas dactilares recogidas ninguna coincide con la de Ibar y por tanto le excluyen, al igual que las pruebas de ADN. En caso de que no hubiera unanimidad entre los miembros del jurado, el proceso sería declarado nulo y se iría a un nuevo juicio.