Ya se conocían los riesgos de tener un bebé a partir de los 38 años. El estudio del que hablamos, que acaba de ser publicado en Estados Unidos, relaciona la maternidad tardía con la posible herencia de enfermedades como el parkinson, el alzheimer, la diabetes o ciertos tipos de cáncer.
Investigadores de la Universidad Estatal de Pennsylvania han estudiado el ADN mitocondrial de las llamadas mujeres añosas. Y han descubierto que en las mujeres maduras, a partir de los 38 años, se multiplica el riesgo de concebir un hijo con alteraciones en su ADN mitocondrial. Entre 30 y 35 veces respecto a una mujer más joven.
En España la edad media a la que se tiene el primer hijo ha subido a los 32 años... Hace una década la media era a los 31 años, uno menos. Una tendencia que lejos de remitir parece consolidarse. Al mismo tiempo, las técnicas de reproducción asistida han hecho posible llevar a término embarazos que hasta hace unos años no eran viables.
Las alteraciones en el ADN mitocondrial, según algunos expertos en fecundación asistida, van a hacer necesario revisar, a corto plazo, la calidad de los óvulos y embriones implantados.