A los mayores les preocupa más la pérdida de autonomía que la de memoria
Nueve de cada diez mayores de 50 años está preocupado por necesitar cuidados y ayuda
Nueve de cada diez personas mayores de 50 años se muestra preocupado por perder su independencia y necesitar cuidados. Son datos que recoge una encuesta sobre envejecimiento de la población. En ella, también se destaca la importancia que este colectivo da a las medidas preventivas, como la vacunación.
A partir de los 50 años el estado de salud comienza a ser una de las principales preocupaciones de los españoles, especialmente el riesgo de perder autonomía y necesitar cuidados de terceros, que es algo incluso más temido que la pérdida de memoria que también puede comenzar a afectar a muchos a partir de esa edad.
Así se desprende de los resultados de una encuesta con más de mil ciudadanos de 50 a 80 años elaborada por Nielsen y Sanofi Pasteur MSD, que muestra como la mitad (53%) señala que su principal motivo de preocupación es su estado de salud y hasta un 68 por ciento dice temer la pérdida de autonomía y el riesgo de necesitar cuidados constantes. Además las mujeres se preocupan más por ambas cuestiones a estas edades.
"El buen estado de salud se asocia a una buena calidad de vida, para lo que también es necesario tener un buen estado de salud mental y vivir con plena autonomía e independencia", ha explicado Eduardo Rodríguez Rovira, presidente de la Fundación Edad&Vida, que ha avalado la encuesta.
Sin embargo, la encuesta muestra como a la hora de preguntar por las principales preocupaciones en materia de salud, la pérdida de autonomía es bastante importante para el 92 por ciento de los encuestados, más incluso que la pérdida de movilidad (91%), de memoria (88%) o el temor a una enfermedad que cause dolor (87%).
Las enfermedades crónicas o de larga duración también son motivo de preocupación a partir de los 50 años, como reconoce el 85 por ciento de los encuestados.
Pero a la hora de prevenirlas, los mayores creen que se debe prestar más atención a las enfermedades graves como el cáncer (82%), por encima de las enfermedades que causan dolor (70%), las crónicas (69%), las debilitantes (65%) o las estacionales (35%).
Esta menor preocupación por las enfermedades estacionales, como la gripe, podría explicar la baja tasa de vacunación que hay entre los mayores a pesar de las complicaciones que puede provocar en este grupo de edad, según ha denunciado Primitivo Ramos, secretario general de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
BAJA VACUNACION CONTRA LA GRIPE
Este experto reconoce que actualmente se vacunan entre un 60 y 70 por ciento de los mayores, cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que en España el porcentaje de cobertura debería estar por encima del 75 por ciento en este grupo de edad. De hecho, ha señalado Ramos, este porcentaje se había fijado como objetivo para 2010 pero se ha tenido que posponer hasta 2015, aunque reconoce que es "difícil" que se vaya a cumplir el año próximo.
El representante de la SEGG ha admitido que la pandemia de gripe A de 2009 favoreció que cayeran los niveles de vacunación, en parte porque para que los mayores se vacunen es necesario que los profesionales sanitarios les animen a ello. El problema, apunta, es que actualmente el porcentaje de médicos y personal de Enfermería es bajo, apenas un 30 por ciento, a pesar de que en ellos también está recomendada la vacuna.
Además, el trabajo ha demostrado que existe un interés generalizado en reducir la medicación que reciben, algo a tener en cuenta ya que "hasta un 85 por ciento de los mayores de 65 años consume algún medicamento, y más del 90 por ciento en mayores de 80 años", ha añadido Ramos.
EL ENVEJECIMIENTO DEBE SER ACTIVO PARA SER SALUDABLE
Este experto ha defendido la necesidad de promover un envejecimiento saludable dado que está previsto que cada vez haya más personas mayores en España. De hecho, para el año 2050 se prevé que España sea ya el tercer país más envejecido del mundo. Sin embargo, precisa este experto, "el envejecimiento saludable solo es posible gracias a un envejecimiento activo".
Para ello, insiste en que los mayores cuiden su alimentación, abandonen el consumo de alcohol y tabaco, no dejen de lado la actividad física y estimulen su capacidad cognitiva a través de la lectura o la participación en talleres.
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