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El dispositivo especial de la Dirección General de Tráfico (DGT) con motivo de las vacaciones de verano comenzó este viernes sin ninguna persona fallecida en las carreteras españolas y con pequeñas retenciones, sobre todo en las salidas de Madrid y de Barcelona.

Fuentes de la DGT informaron este sábado a Servimedia que las primeras horas de la operación salida se saldaron sin accidentes mortales entre las 15.00 y las 24.00 horas de este viernes.

Las carreteras tuvieron durante ese tiempo el tráfico casi habitual de cualquier viernes y registraron algunos atascos de pocos kilómetros en las salidas de Madrid y de Barcelona, y puntualmente en Albacete, Cádiz, Córdoba, Granada, Murcia, Segovia, Sevilla y Valencia.

Este sábado, con datos de la DGT recogidos por Servimedia a las 11.00 horas, había dificultades circulatorias sobre todo en carreteras de Barcelona, concretamente en la AP-7 a la altura de Mollet del Vallés y de La Roca del Vallés, en ambos casos hacia Girona; la C-32 en Argentona hacia Mataró, la C-33 en Montcada i Reixac hacia Barcelona y la C-58 en Montcada i Reixac hacia Manresa. En todos los casos, se trataba de atascos de entre uno y tres kilómetros.

En Madrid había cinco kilómetros de congestión circulatoria en la A-1 a la altura de San Sebastián de los Reyes hacia Irún y en Sevilla, 15 kilómetros de retenciones en la A-49 cerca de Huévar hacia Huelva.

84 MILLONES DE VIAJES

La DGT puso en marcha este viernes la primera gran operación del verano y mantendrá el dispositivo especial hasta el domingo 28 de agosto, con el fin de velar por la seguridad y la fluidez de la circulación.

Tráfico prevé que en este periodo haya 84 millones de trayectos de largo recorrido por carretera (41 millones en julio y 43 millones en agosto), lo que supone un 3,7% más que los 81 millones del año pasado y el volumen de desplazamientos más elevado desde 2009, cuando se contabilizaron 85,9 millones.

El dispositivo especial de verano incluye nuevas medidas. Una de ellas es la instalación de señales verticales fijas de los primeros 300 tramos identificados como los más peligrosos en carreteras convencionales (de un único carril por sentido), salvo en Cataluña y País Vasco, cuyos gobiernos tienen transferidas las competencias. La señal se colocará debajo de la de limitación genérica de velocidad y es rectangular y de color naranja. En esos lugares habrá más control y vigilancia con medios policiales o automáticos.

Además, la DGT instalará aparatos que informen de la velocidad a la que circulan los conductores, como ocurre en algunas travesías o vías urbanas, y, por primera vez en la historia, Tráfico ha comprado 60 nuevos radares ligeros para los motoristas de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, que los instalarán en puntos fijos con un trípode y podrán hacer controles integrales a los conductores.

Por último, se incrementará la vigilancia en autopistas y autovías con radares Pegasus, instalados en helicópteros de la DGT, que controlarán los excesos de velocidad, la distancia de seguridad y el uso del cinturón y de los teléfonos móviles.