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Las autoridades filipinas elevaron hoy a 71 los muertos en el naufragio un transbordador de pasajeros que chocó el pasado viernes con un buque mercante en la región central del archipiélago.

Los equipos de rescate han perdido casi toda esperanza de encontrar con vida a las 49 personas que continúan desaparecidas desde el accidente ocurrido en aguas de la localidad de Talisay, en la provincia de Cebú.

El Consejo Nacional de Gestión y Prevención de Desastres ya ha identificado a 33 de las víctimas fallecidas.

El ferry de pasajeros, que viajaba con unas 870 personas abordo, tardó pocos minutos en hundirse cuando se dirigía al puerto de Talisay tras colisionar con el buque mercante "MV Sulpicio Express", que iba en dirección contraria.

Los navíos tuvieron que maniobrar para evitar chocar de frente.

Las autoridades están investigando las causas del accidente y los posibles culpables, aunque, según apunta el informe preliminar, fue el mercante el que chocó con la parte trasera del "MV St. Thomas Aquinas".

El carguero, que se dirigía a la provincia de Davao, sufrió daños en el casco, aunque no se hundió y sus 36 tripulantes no resultaron heridos, al tiempo que unos 750 pasajeros del ferry pudieron ser rescatados.

Uno de los supervivientes, Alden Sumando, relató al diario "Inquirer" la confusión de la tripulación y los pasajeros mientras el transbordador de pasajeros se hundía rápidamente.

Sumando, que se dirigía a Manila para buscar trabajo, explicó que se encontraba en cubierta escuchando a una banda de música cuando escucharon un fuerte golpe y, al comprobar que habían sido embestidos, la tripulación ordenó a los pasajeros que volvieran a sus camarotes.

"Pensaron que el barco no se iba a hundir tan rápidamente; deberían haber dirigido a los pasajeros, sobre todo a los que estaban en los camarotes de abajo, a cubierta", dijo el superviviente, de 22 años.

Una parte de los pasajeros murió ahogada en el interior del transbordador, hundido a unos 30 metros de profundidad.

"Vi a madres sosteniendo a sus bebés y ancianos con pánico, sin saber qué hacer o dónde ir", indicó el pasajero.

Sumando señaló que algunos pasajeros saltaron al buque mercante y otros al agua, donde se golpearon con los trozos arrancados del barco por el impacto.

En su opinión, cuando el "MV Sulpicio Express" se separó del ferry, éste empezó a hundirse de forma más acelerada al aumentar la entrada de agua en su interior.

Al drama humano se ha sumado ahora el desastre ambiental después de que el carburante del barco contaminara las aguas en varias localidades de Cebú, popular por sus playas y zonas de buceo turísticos.

La provincia ha declarado el estado de calamidad, especialmente en la localidad de Cordova, donde unos 5.000 pescadores temen por su medio de vida.

La empresa propietaria del "Sulpicio Express" cuenta con un historial de graves accidentes marítimos, incluido el naufragio en 1987 del transbordador filipino "Doña Paz", en el que murieron 4.317 personas, el mayor siniestro de la historia de la navegación comercial (en el Titanic murieron 1.517 personas).

Decenas de personas mueren cada año en accidentes en el mar en Filipinas, la mayoría en naufragios causados por el mal tiempo, el incumplimiento de las normas de seguridad, el defectuoso mantenimiento de los equipos o la sobrecarga de las embarcaciones.