El 43 por ciento de los niños más pobres (la quinta parte de la población infantil) abandona de forma prematura los estudios, es decir, que una vez que han logrado el título en Educación Secundaria Obligatoria (ESO) no continúan con el Bachillerato o la Formación Profesional, según Save the Children.
En su informe "Necesita mejorar. Por un sistema educativo que no deje a nadie atrás", la ONG denuncia que la educación española no trata a todos los niños de forma equitativa, sino que perpetúa o acentúa las desigualdades sociales. El estudio revela que la mayoría de los niños con los que el sistema educativo fracasa son varones, de menor renta, y, en muchos casos, pertenecientes a minorías étnicas, de origen extranjero y con discapacidad.
La organización de defensa de la infancia pide un Pacto por la Educación que sitúe la lucha contra el fracaso escolar y el abandono escolar prematuro en "el corazón" del acuerdo con el objetivo de generar oportunidades para los niños de entornos desfavorecidos.
El director general de Save the Children, Andrés Conde, ha señalado, durante la presentación del informe, que los amplios recortes que ha sufrido el presupuesto de educación, "muy por encima de la media europea", han repercutido especialmente en los estudiantes en situación de desventaja.
La Lomce puede conllevar "un aumento de la segregación educativa", lo que unido a "la rigidez del currículum y la introducción de evaluaciones de fin de ciclo", profundiza en la incapacidad del sistema educativo para corregir y compensar las desigualdades de partida, ha resaltado Conde.
La ONG subraya que "España tiene la tasa de abandono educativo prematuro más alta de Europa", lo que, desde su punto de vista, no solo repercute en el desarrollo e integración de los niños, sino en el conjunto del país. Así, el coste del abandono educativo prematuro en España oscila entre el 5,9 por ciento y el 10,7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
La reducción de la inversión pública en educación ha supuesto un aumento del gasto de las familias, que ha crecido un 28,8 por ciento entre 2008 y 2015, lo que ha intensificado el impacto de la capacidad económica de las familias sobre el resultado educativo y las expectativas del niño, destaca la organización. En este contexto, reivindica un Pacto por la Educación fundamentado en nueve principios para "no dejar a ningún niño atrás".
Save the Children aboga por un aumento progresivo del gasto público en educación hasta situarlo en la media de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y un incremento del gasto público en becas y ayudas al estudio del actual 0,11 por ciento al 0,4 por ciento del PIB en 2020.
Entre otras demandas, pide un profesorado de calidad y suficiente para trabajar en entornos vulnerables, un aumento de las tasas de escolarización de cero a tres años y una mejora del acceso a actividades extraescolares para la infancia en situación de pobreza.
Otras de sus propuestas están orientadas a evitar segregación escolar, con políticas para favorecer la escolarización equilibrada del alumnado con necesidades educativas específicas, reforzar la atención a la diversidad, mejorar la calidad de Formación Profesional y reconocer como parte del sistema a las escuelas de segunda oportunidad.
Las altas tasas de fracaso escolar y abandono educativo prematuro y, especialmente, su composición social redundan en "una cronificación de la pobreza y "un aumento de la brecha de desigualdad", ha indicado el director general de Save the Children.
"Hay familias y niños que viven en una situación de pobreza insostenible", ha afirmado Conde, quien ha abogado por evitar "latinoamericanizar la sociedad española en el sentido de hacerla más desigual, dejando a una cuarta parte de la población en una situación de pobreza cronificada".