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Un total de 4.434 pacientes esperan actualmente un trasplante de riñón en España, debido a que sufren enfermedad renal crónica (ERC), un problema de salud pública que afecta a más del 10 por ciento de la población adulta y a más del 20 por ciento de los mayores de 60 años, explica la doctora del servicio de Nefrología del Hospital USP San Camilo de Madrid, Paloma Sanz, quien destaca que estos datos pueden ser aún mayores debido a que se trata de una enfermedad infradiagnosticada.

El trasplante es la solución para estos pacientes, ya que, señala esta experta que colaboradora del Centro de Información de la Federación Nacional de Asociaciones para la Lucha contra las enfermedades Renales (ALCER), "es donde mayor supervivencia se produce".

Actualmente, se estima que de los 48.500 pacientes que se hallan en fase de terapia renal sustitutiva, cerca de la mitad están trasplantados y la otra mitad se encuentran en diálisis, aunque, advierte a Europa Press, "solo un 18 por ciento de los pacientes está en lista de trasplante porque el resto no se puede trasplantar".

El año pasado se realizaron en España 2.498 trasplantes, un 12 por ciento más que en 2010. "La lista de espera nunca termina de bajar del todo", afirma esta experta quien señala que a los nuevos diagnósticos hay que añadir los pacientes ya trasplantados, ya que el riñón trasplantado no dura para siempre, de hecho se estima que hasta un 2,5 por ciento de estos pacientes vuelven a diálisis cada año.

"La vida media del riñón trasplantado son 13 años, ojala durara toda la vida pero no es para siempre. Hay un 30 por ciento de los pacientes a los que les dura 20 años pero los hay que a los tres años tiene que ser trasplantados otra vez", ha explicado.

La calidad de vida de estos pacientes depende de la situación en la que se encuentre el paciente. Naturalmente los pacientes trasplantados son los que mejor pronóstico tienen, pueden hacer una vida normal y aunque deben tomar inmunosupresores. Mientras que los pacientes que se encuentran en terapia deben de seguir la rutina que marca su tratamiento, y su calidad de vida es peor.

En el caso de la hemodiálisis, estos pacientes deben en días alternos (tres días a la semana) acudir a limpiarse la sangre, "la calidad de vida en este caso es buena si se acepta porque el tratamiento se tolera muy bien"; en el caso de la diálisis peritoneal, el beneficio es que se puede hacer en casa aunque el tratamiento debe ser diario.

A juicio de la doctora Sanz, "el objetivo futuro es prevenir la enfermedad renal, que el paciente no tenga que llegar a diálisis", y, para ello, es indispensable el diagnóstico precoz. El problema, afirma, es que "riñón es una enfermedad silente que no da síntomas".

"Cualquier puede tener una enfermedad renal y no saberlo porque no duele, no molesta, etc., y el diagnóstico es muy fácil, con un simple análisis de sangre y orina, se puede detectar", añade. Por ello, esta experta incide en la necesidad de que los grupos de riesgo como hipertensos y diabéticos se hagan estos controles para detectar la enfermedad.

LA INCIDENCIA VA EN AUMENTO.

La ERC representa un factor de riesgo vascular independiente y aditivo. La manifestación más grave de la ERC, la insuficiencia renal crónica terminal (IRCT) subsidiaria de tratamiento sustitutivo mediante diálisis o trasplante renal presenta una incidencia y una prevalencia crecientes desde hace dos décadas.

Este aumento está muy relacionado con la prevalencia cada vez mayor entre la población de la obesidad, la hipertensión, la diabetes, y la arteriosclerosis. "La incidencia va aumentando porque va de la mano de las enfermedades cardiovasculares, cada vez hay más obesos, pacientes cardiacos, hipertensos, y, por tanto, cada vez hay más enfermos renales", añade.

Con motivo del Día Mundial, ALCER y USP San Camilo desarrollan la campaña 'Regala vida. Riñones para vivir'. Esta iniciativa tiene como objeto dar a conocer la enfermedad, a la vez que concienciar a la población en su prevención o los factores de riesgo de padecerla. Para ello, señala esta experta, se van a poner una mesa informativa donde se entregarán folletos con recomendaciones y se informara sobre los beneficios de la donación.

En este sentido, recuerda que hay que tener en cuenta una serie de recomendaciones indispensables en la prevención de la enfermedad, aunque, básicamente, consiste en "mantener fuera de los hábitos de vida todo lo que no es cardiosaludable".

Así, aconseja dejar de fumar antes de llegar a la mediana edad; moderar el consumo de alcohol; perder peso y realizar ejercicio físico; reducir la ingesta elevada de sal e introducir cambios en la dieta; mantener unos niveles de glucosa en sangre por debajo de 126 mg/dl; controlar los niveles de colesterol en sangre; y mantener unas cifras de tensión arterial por debajo de 140/90 mmHg, aunque en algunas situaciones debe de estar más baja.