Hay quien se atreve con todo para demostrar que salir de la vioencia es decir sí a la vida.
Dos mujeres víctimas de malos tratos han llegado muy lejos para que su voz se escuche.
Tan lejos que han necesitado un paracaídas para regresar. No se dejen engañar. No es un salto al vacío.
En realidad es un salto al futuro. Bárbara y Modesta quieren mostrar que son capaces de todo. Incluso de aquello que nunca hubiesen imaginado.
Es su manera de decir que hay vida después de sufrir la violencia. Es su grito de batalla para reivindicar a la mujer maltratada.
Cuando Bárbara pone pie en el aeródromo de Ocaña sabe que ha cumplido un compromiso consigo misma. Uno más.
Durante años se le dijo que no servía para nada. Hoy comparte su experiencia para ayudar a mujeres en situaciones parecidas.
Bárbara colabora con la Fundación Ana Bella. Desde hace una década, esta asociación ha ayudado a 20.000 mujeres maltratadas a rehacer su vida.
La fundación Ana Bella trabaja con una consigna: soy capaz. Dos palabras para resumir miles de futuros.