La pérdida de conchas marinas por el turismo puede tener un impacto global
El turismo mundial se ha cuadruplicado en los últimos 30 años, provocando la pérdida de conchas marinas por la actividad humana, algo que puede dañar los hábitats naturales en todo el mundo, según un estudio realizado por investigadores del Museo Natural de la Universidad de Florida, en Estados Unidos, y la Universidad de Barcelona.
La investigación, publicada en la edición de este miércoles de 'Plos One', demuestra que el aumento del turismo en la costa mediterránea de España se correlaciona con una disminución del 70 por ciento de conchas de moluscos durante la temporada turística en julio y agosto y del 60 por ciento en el resto de meses.
Los científicos temen que la eliminación de conchas puede causar un daño significativo a los ecosistemas naturales y los organismos que dependen de ellas, según el autor principal, Michal Kowalewski, responsable de Paleontología de Invertebrados en el Museo de Florida.
"Es demasiado pronto para decir si este agotamiento es lo suficientemente sustancial como para provocar grandes cambios ambientales. Sin embargo, nuestros resultados sugieren que no debemos pasar por alto esta cuestión", manifiesta Kowalewski.
ÁMPLIO ESTUDIO
En el estudio, los investigadores realizaron varios análisis mensuales desde 1978 hasta 1981 y desde 2008 hasta 2010 en la playa Larga, un tramo en la costa de Tarragona. Basándose en los datos de ventas hoteleras, los científicos estiman que el número de turistas que visitan la playa se ha triplicado en los últimos 30 años, con la mayoría de las visitas durante el verano, un periodo en el que el número de conchas en la playa se redujo en más de un 60 por ciento.
El área de estudio no ha experimentado nuevos comercios de pescado o desarrollo urbano desde la década de 1970, lo que sugiere que la actividad humana que no está relacionada con el turismo posiblemente no ha contribuido a la eliminación de conchas.
No se observaron cambios en la estructura del ecosistema ni las condiciones locales del medio ambiente, que podrían contribuir a una disminución natural de la cifra de conchas, añade el principal investigador.
La eliminación de conchas en esta playa fue mayor durante el verano, mientras su presencia era más abundante durante el invierno cuando hay menos turistas en la zona. Aunque es un destino popular, la playa no es un importante lugar turístico y las conchas no son hermosas, diversas o valiosas para los coleccionistas.
Si se puede detectar una relación entre el aumento del turismo y la desaparición acelerada de conchas en un lugar que no es famoso por sus conchas, lo más probable es que las playas conocidas por sus conchas y frecuentadas por los coleccionistas hayan tenido un impacto más sustancial, alerta Kowalewski.
Los depósitos de conchas sirven para múltiples funciones en los ecosistemas naturales, desde la estabilización de las playas a la construcción de nidos de aves. Además, proporcionan una superficie como hábitat o unión de diversos organismos marinos, incluyendo algas, pastos marinos, esponjas y otros micro y macroorganismos.
Los cangrejos ermitaños usan conchas como armadura protectora, mientras que los peces las utilizan para esconderse de los depredadores. Estos exoesqueletos desechados de moluscos, entre ellas almejas y ostras, también son importantes porque la mayoría están hechas de carbonato de calcio y en muchos hábitats costeros se disuelven lentamente y se reciclan volviendo al océano.
A pesar de que la pérdida de conchas relacionada con el turismo puede un día resultar perjudicial, Kowalewski cree que se necesitan estudios más rigurosos de caso cuantitativos para comprender plenamente el impacto y el desarrollo de prácticas fiables de gestión de playas destinadas a proteger las cáscaras. Algunos países ya reconocen los efectos negativos de la eliminación de conchas, como las Bahamas, limitando la cantidad de conchas que los turistas pueden exportar sin permisos especiales.
"Los seres humanos pueden desempeñar un papel importante en la alteración de los hábitats a través de actividades que muchos perciben como inofensivas, como caminar por la playa recogiendo conchas marinas", recalca Kowalewski. "Es importante que continuemos investigando los aspectos más sutiles de las actividades relacionadas con el turismo y su impacto en los hábitats costeros", concluye.
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