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Cada año se detectan entre 12.400 y 22.000 nuevos casos de epilepsia, una enfermedad que sufrirá en España más de medio millón de personas a lo largo de su vida, pero, afortunadamente, existen tratamientos "muy eficaces" para disminuir e incluso detener las crisis.

Son cifras que la Sociedad Española de Neurología (SEN) expone en un comunicado con motivo del Día Nacional de la Epilepsia, que se celebra mañana, en el que asegura que esta patología puede tener un diagnóstico difícil, de hecho, puede retrasarse unos diez años.

La epilepsia es una enfermedad crónica del sistema nervioso, que se caracteriza por alteraciones leves del estado de conciencia, movimientos involuntarios, sensaciones, pensamientos o emociones anormales, pérdidas de conciencia completa o convulsiones generalizadas, explica la SEN.

Cerca de 578.000 personas la sufrirán a lo largo de su vida y 225.000 han padecido crisis epilépticas en los últimos cinco años; puede afectar a cualquier persona, independientemente de la edad, sexo o raza. El coordinador del Grupo de Estudio de Epilepsia de la SEN, Juan Mercadé, señala que hay muchos tipos de crisis epilépticas, algunas de las cuales no son tan evidentes y pueden pasar inadvertidas.

La patología es la segunda causa de consulta ambulatoria neurológica después de las cefaleas, el segundo motivo de atención neurológica en urgencias tras el ictus y la tercera causa neurológica de hospitalización, tanto por las crisis como por los accidentes derivados de ellas.

Mercadé asegura que una crisis epiléptica "por lo general no es peligrosa" por lo que si alguien sufre una lo que tienen que hacer las personas de su alrededor es mantener la calma "eliminando los objetos cercanos que puedan dañarle", nunca introducir un objeto en la boca del enfermo y, posteriormente, dejarle descansar.

Si bien no tiene cura, cuenta con tratamientos muy eficaces, en este sentido, Mercade subraya que el 75% de los pacientes es capaz de controlar sus crisis con la medicación, aunque hay un porcentaje alto de personas que no responde a los fármacos y tiene que ser intervenido quirúrgicamente o ser tratado con técnicas paliativas.

En España se realizan unas 200 intervenciones anuales y entre el 55% y el 85% de los pacientes obtiene buenos resultados. El coste medio anual de los recursos utilizados por un paciente farmacorresistente oscila entre los 7.000 euros.