El jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, José Antonio Ramos-Quiroga, ha pedido hoy que en las botellas de bebidas alcohólicas se avise del peligro que supone el alcohol durante el embarazo, a semejanza de los mensajes contra el tabaco.
José Antonio Ramos-Quiroga ha participado hoy en la primera Jornada del Síndrome del Alcoholismo Fetal (SAF), que se ha iniciado hoy con un encuentro de expertos médicos en el Hospital del Vall d'Hebron y que continuará mañana con la participación de asociaciones de familias con hijos afectados por esta enfermedad.
Esta patología afecta a 1,5 de cada mil recién nacidos vivos en el mundo, lo que supone unos 119.000 nacimientos cada año, según datos facilitados por el hospital barcelonés.
En España no se disponen de datos epidemiológicos sobre la prevalencia de este síndrome, del que se atienden actualmente a unos 200 pacientes en Vall d'Hebron.
De estos pacientes afectados por SAF, un 90 % son niños y adultos adoptados y nacidos en antiguos países del Este, si bien la enfermedad puede afectar a todos los hijos de mujeres que han tomado alcohol durante el embarazo, ha indicado el psiquiatra.
Según ha asegurado José Antonio Ramos-Quiroga, el mensaje para las mujeres embarazadas es "fácil y simple: hay que evitar cualquier tipo de bebida alcohólica durante el embarazo, cualquiera, en la cantidad que sea", para prevenir el Síndrome del Alcoholismo Fetal.
En este sentido, el psiquiatra coincide con la advertencia de la Sociedad Científica Española de Estudios sobre el Alcohol, el Alcoholismo y otras Toxicomanías y la Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares sobre este tema.
El consumo cero de alcohol debería ser el objetivo para las embarazadas, ya que cualquier cantidad mínima atraviesa la placenta y afecta al neurodesarrollo del feto.
Para ello, sería "importante" que en las botellas de alcohol se alertara a las embarazadas del riesgo que se corre al consumir, con mensajes claros, ha argumentado el psiquiatra.
Ramos-Quiroga ha explicado hoy que el alcohol es una substancia teratógena, que actúa durante el período embrionario y es capaz de alterar de forma más o menos grave el crecimiento y desarrollo del feto y producir una alteración morfológica o funcional.
Así, los expertos han constatado que los efectos de la exposición prenatal al alcohol varían, según las personas, aunque la mitad de los afectados muestra un retraso marcado en el desarrollo en los primeros tres años de vida.
En otros casos, los signos de disfunción no se pueden observar hasta la edad preescolar o escolar y es en ese momento cuando surgen con más claridad las dificultades de aprendizaje, la alteración de la función ejecutiva y los problemas con las funciones integrativas del lenguaje.
El director del Servicio de Psiquiatría de la Vall d'Hebron ha añadido que se pueden hacer también evidentes los déficit en las habilidades sociales y el comportamiento desafiante.
"Se trata de un síndrome totalmente evitable con un consumo cero de alcohol", ha razonado.