Unos 30.000 monjes reciben donaciones tras la "Cuaresma budista" en Birmania
Unos 30.000 monjes recibieron este domingo donaciones como arroz y dinero durante la celebración del fin del Vassa o la "Cuaresma budista" en la histórica ciudad de Mandalay, en el norte de Birmania (Myanmar).
La ceremonia congregó tanto a monjes birmanos de túnicas azafrán y tailandeses, con hábitos anaranjados, en una gran explanada donde formaron con disciplina y armonía 30 filas de unos 1.000 religiosos con cuencos de metal para recibir las limosnas.
Los laicos, vestidos de blanco, entregan las ofrendas para agradecer la labor espiritual de los monjes y mejorar su "karma" con el objetivo de aumentar su buena suerte en este mundo y después de la muerte.
Estas donaciones multitudinarias se celebran al final del Vassa, que son los tres meses durante la época del monzón en los que los monjes tradicionalmente interrumpen su peregrinación habitual y se recogen en los templos para meditar y rezar.
El Vassa también es conocido como la "Cuaresma budista", a pesar de que Buda antecedió a Jesucristo en unos 500 años.
Este evento, organizado por grupos budistas locales y la orden tailandesa Dhammakaya, tiene lugar en Mandalay, centro espiritual budista y la antigua capital de Birmania antes de que fuera colonizada por los británicos en el siglo XIX.
Casi el 90 por ciento de los birmanos practica el budismo en Birmania, donde es mayoritaria la rama theravada, como en Sri Lanka, Tailandia, Camboya y Laos.
Pese a la reputación de tolerancia del budismo, algunos monjes birmanos han alimentado en los últimos años el discurso del odio contra la minoría musulmana, especialmente los rohinyás, que según la ONU han sido víctimas de una limpieza étnica con indicios de "genocidio" en el estado Rakáin (oeste).
Uno de los monjes islamófobos más notorios es Wirathu, quien se encuentra huido de la justicia birmana tras ser acusado de sedición por unas declaraciones contra el Gobierno.
Tampoco Dhammakaya se escapa de la polémica en Tailandia, donde también su antiguo líder, Dhammachayo, se encuentra huido de la justicia desde 2016 debido a un supuesto delito de blanqueo de capitales por unas donaciones que recibió.
Algunos analistas han relacionado las acusaciones contra Dhammachayo a la animadversión de parte de la élite promilitar de Tailandia hacia Dhammakaya.
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