La renuncia de Benedicto XVI ha abierto una nueva etapa en la Iglesia católica y da comienzo a un complejo proceso de elección de su sucesor, en el que varios nombres de cardenales se perfilan con más posibilidades de ser elegidos, entre ellos algunos latinoamericanos.
Uno de los nombres más citados es el de Marc Ouellet, presidente de la Comisión Pontificia para América Latina, de 69 años, junto con dos italianos, Angelo Scola y Gianfranco Ravasi; los brasileños Joao Braz de Aviz y Odilio Pedro Scherer; y el argentino Leonardo Sandri, entre otros.
Las palabras de Benedicto XVI en su carta de renuncia, en la que afirma que abandona por su "avanzada edad" y porque "ya no tiene fuerzas" para ejercer su ministerio petrino, han desatado las conjeturas sobre si el próximo Pontífice debe ser joven o anciano.
Por "joven" hay que tener en cuenta una persona que, como poco, tiene 52 años, como es el caso del cardenal Baselios Cleemis Thottunkal, arzobispo de Trivandrum de la iglesia Siro Malankarese, nombrado en noviembre del pasado año.
Se considera "anciano" a partir de los 70 años en adelante.
Los observadores vaticanos que se decantan por un papa joven, justifican su preferencia en que el sucesor de Ratzinger debe tener las fuerzas necesarias para afrontar el desafío de un mundo cada vez más secularizado y reformar una Iglesia, demasiado conservadora -dicen- tras los pontificados de Wojtyla y Ratzinger, para dar respuesta al futuro.
En este contexto, apuntan que el próximo Papa tendrá que dar respuesta a temas que no pueden seguir aplazados, como son el celibato, el sacerdocio de la mujer y la comunión a los divorciados, entre otros.
Otros expertos se inclinan por un "papado" de un decenio, es decir, corto, como el actual, pero con un Pontífice que apueste por una Iglesia centralista, fuerte, que siga la línea de Ratzinger.
También se analiza si el futuro Papa debe ser Latinoamericano o del tercer mundo o de nuevo un italiano tras los pontificados de un polaco (Juan Pablo II) y un alemán (Benedicto XVI)
Los defensores de un italiano de nuevo en el Solio Pontificio están convencidos de que éstos disponen de la diplomacia, el tacto y el diálogo necesarios para guiar a la Iglesia tras las crisis desatadas por los escándalos de abusos sexuales a menores cometidos por clérigos y el caso del robo y filtración de documentos del Pontífice.
Con estas premisas, los "papables" que más suenan son Ouellet, que es también prefecto de la Congregación para el Clero, que habla perfectamente español, inglés, francés e italiano, y del que se resalta que es el mejor conocedor de la Iglesia en América, donde vive más de la mitad de los 1.200 millones de católicos del mundo.
Otros nombres que suenan son el italiano Angelo Scola, cardenal arzobispo de Milán (Italia), de 71 años, cercano al movimiento Comunión y Liberación, y el también italiano Gianfranco Ravasi, de 70 años, "ministro de Cultura" del Vaticano.
También entran en las "quinielas" el austríaco Cristoph Schoenborne, de 67, que fue alumno de Benedicto XVI y el que más le defendió cuando arreciaron las críticas al Pontífice por los casos de curas pederastas, y el cardenal de Manila, Luis Tagle, de 55 años.
El cardenal africano de Ghana, Peter Turkson, encargado del "ministerio" vaticano para la Justicia y Paz, de 64 años, y el de Nueva York (EEUU), Timothy Dolan, de 62 años, son nombres que también se barajan ya.
Respecto a si ha llegado el momento de un papa latinoamericano, los observadores vaticanos consideran papables a los brasileños Joao Braz de Aviz, de 65 años, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y Odilio Pedro Scherer, de 63, arzobispo de Sao Paulo.
También suena el nombre del argentino Leonardo Sandri, de 69, prefecto para las Iglesias Orientales.
Ahora, todas las miradas están puestas en el Colegio Cardenalicio, el llamado "club más selecto del mundo", al que actualmente pertenecen 209 purpurados, de los que 118 tiene menos de 80 años, por lo que pueden elegir papa, según la normativa de la Iglesia.
Los octogenarios -91- no podrán entrar en la Capilla Sixtina para elegir al futuro Pontífice, pero sí pueden ser elegidos.
De ese "selecto club", Europa sigue teniendo el mayor número de representantes: 116, de los que 62 son electores y 54 octogenarios.
Le sigue América Latina, con 30, de ellos 19 electores y 11 octogenarios; América del Norte, con 22 cardenales, de ellos 14 electores y 8 octogenarios; y Asia con 20, once menores de 80 años y 9 que superan esa edad.
África tiene 18 cardenales, 11 electores y 7 octogenarios, y Oceanía cuatro cardenales, uno elector y tres octogenarios.
Por países, Italia sigue estando a la cabeza con 49 cardenales (28 electores y 21 octogenarios), seguida de Estados Unidos con 19 (11 electores y 8 octogenarios) y España con diez (cinco electores y cinco octogenarios).
Los cardenales, como siempre, rechazan con humildad el que sean las personas adecuadas para ocupar el Sillón de San Pedro y ninguno hace "campaña electoral", ya que una norma no escrita aconseja a los purpurados no expresar sus aspiraciones.
Y es que ninguno quiere que se cumpla en ellos el dicho: "Quien entra en un cónclave con fama de Papa sale cardenal".