El síndrome o la depresión posvacacional que dicen sufrir muchos españoles no existe como enfermedad, según varios expertos quienes aseguran que se trata de un mero proceso de readaptación a la rutina. Lo cierto es que el comienzo de la actividad laboral suele acarrear problemas de sueño, cansancio, irritabilidad, nerviosismo o falta de concentración, pero estos síntomas no son más que la consecuencia que el estrés produce en el organismo para asimilar los cambios, explica a Efe presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), Antonio Cano.
"En ningún caso es un síndrome o una enfermedad, porque en las consultas no hay demanda para su tratamiento", detalla Cano, quien matiza que "no está catalogado desde el punto de vista clínico, ni hay evidencia científica al respecto". Lo que pasa es que la adaptación a la rutina hace que las funciones vitales cambien y que se experimente malestar físico (falta de apetito, problemas de sueño o dolores de cabeza) y emocional (irritación, apatía, nerviosismo o tristeza).
Y no sólo los adultos padecen este tipo de estrés, también lo sufren los niños cuando vuelven a las aulas, indica a Efe el presidente de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Salvador Tranche. "Durante el verano, los pequeños hacen lo que quieren, están todo el día jugando, pasan mucho tiempo en la calle y comen mal, por lo que ellos también modifican sus hábitos cuando vuelven al colegio", apunta Tranche.
Sin embargo, los seres humanos tienen la capacidad de adaptarse con rapidez a los cambios, de manera que "en pocos días se habrán acoplado" a la nueva situación, asegura este médico. Con el propósito de que la vuelta a la oficina no pille a nadie por sorpresa, este médico de familia recomienda ser precavido. "Es conveniente que la persona se acerque a la rutina antes de finalizar las vacaciones", sugiere el doctor Tranche, quien aconseja que se retomen de forma progresiva los horarios habituales de comidas y sueño.
Por su parte, la psicóloga clínica, psicoterapeuta y miembro de Top Doctors, Esther Miralpeix, propone volver a casa unos días antes de que finalicen las vacaciones para organizarse y también considera positivo acompañar la incorporación laboral con deporte, ejercicios de relajación y tiempo de ocio. No obstante, este estrés "sano" puede derivar en algo más grave cuando pasan los días y la persona no es capaz de adaptarse. Miralpeix explica que esto puede suceder en aquellas personas que tienen una situación complicada en el entorno laboral porque, por ejemplo, estén sometidas a demasiada responsabilidad o sufren acoso.
Además, detalla, también puede desarrollarse un problema que precise de ayuda psicológica en aquellos jóvenes cualificados que están empleados en trabajos que nada tienen que ver con su formación. Esto es debido a que "no se sienten valorados, ni afines a la empresa", puntualiza.
Aunque el estrés, según estos profesionales, es bueno y ha existido siempre como respuesta a cambios o a situaciones imprevistas, Miralpeix cree que la idea de pesimismo que acompaña la vuelta a la rutina se ha acentuado en los últimos años. "El estilo de vida actual hace que vivamos estresados y, además, las personas se sienten poco gratificadas con el trabajo", subraya la psicóloga.
Estos expertos recomiendan paciencia para dar tiempo al organismo de adaptarse a la rutina y no recurrir a fármacos que reduzcan este estrés, ya que para el presidente de Semfyc "no es malo", simplemente es "la vida".