Un total de 29.943 estudiantes madrileños comienzan la Selectividad

  • Llantos, risas nerviosas y ninguna sorpresa en el primer día de Selectividad

Una joven llora por los nervios, mientras algunos de sus compañeros sueltan alguna que otra risita nerviosa y otros dan el penúltimo repaso a sus apuntes de Lengua Castellana y Literatura, la asignatura con la que ha dado hoy inicio la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en Madrid.

Los últimos apretones de manos, las últimas oraciones y los últimos besos a los amuletos de la suerte invaden el tenso ambiente a pocos minutos de que 29.943 alumnos madrileños comiencen uno de los exámenes más decisivos de su vida, según les recuerda una de las profesoras a cargo de la vigilancia del examen, mientras un tímido rezagado llega en el ultimo minuto, porque "casi se queda dormido".

"¡Fotos no, que estoy horrible!", exclama una de las alumnas, abrumada por la cantidad de cámaras, fotógrafos y periodistas que se han congregado a las puertas de la Facultad de Odontología de la Universidad Complutense, donde hay más chicas que chicos para examinarse de Selectividad.

POR ORDEN ALFABÉTICO

A las 9.40 horas, empiezan a nombrar a los alumnos por orden alfabético para que entren uno por uno en clase, tras enseñar el DNI y recibir las etiquetas que asegurarán su anonimato a la hora de la corrección y que deberán guardar con sumo cuidado durante los tres días que durará la Prueba de Acceso a la Universidad.

Muchos alumnos portan hasta ocho bolígrafos, no vaya a ser que la mala suerte los sorprenda en un día tan importante y se queden sin una gota de tinta en mitad de la prueba. Alba y Paula, quienes confiesan estar "bastante nerviosas" y no haber dormido bien, echan el último vistazo a sus apuntes sobre el Romanticismo y la Generación del 98, "porque como no caigan, malamente nos va a salir".

Han intentado seguir los consejos de amigos y familiares: que no les domine el nerviosismo, que piensen las cosas dos veces antes de escribirlas y, sobre todo, que tengan en mente que es un examen como cualquier otro. Miguel Ángel y su padre han llegado en el último momento, ya que había mucho tráfico, lo que les ha puesto "más histéricos" de lo que deberían.

Una de las profesoras a cargo de los jóvenes durante el examen les da las últimas directrices antes de empezar: "leer todas las preguntas, elegir la mejor opción y, antes de empezar, haceos un organigrama en la cabeza". La profesora Inés Rámirez, del colegio San Luis de los Franceses, admite que los chicos "juegan unas quinielas" que nunca aciertan, aunque todos, en general, vienen "muy preparados".

Al terminar el examen, Sara, que aspira a estudiar Medicina, comenta que ha hecho la opción A, con un texto de Santiago Ramón y Cajal, que ha podido analizar con ayuda de sus conocimientos de Biología. La mayoría de los estudiantes reconocen que "no era para tanto" y que se esperaban el examen de Lengua más difícil, aunque no hay que tentar a la suerte.

Después del examen de Lengua, que finalizó a las 11.30 horas, los estudiantes reponen fuerzas con zumos y bocadillos, al mismo tiempo que repasan los temas de Historia de la Filosofía o Historia de España, porque en tan solo 45 minutos, se enfrentarán a su segunda prueba.

"Ninguno de los chivatazos ha acertado", lamenta un chico, tras reconocer que ha contestado las primeras preguntas con mucha energía, pero a las últimas ha llegado "muy cansado". ¿Y ahora? "Ahora a descansar", dice, alegremente, Jorge, quien solo puede pensar en lo mucho que va a dormir y en "salir de fiesta cuando todo esto acabe".